Control de Crucero y Limitador de Velocidad, ¿cómo funcionan?
La mayoría de los coches modernos disponen de un sistema de asistencia a la conducción capaz de mantener la velocidad constante en todo momento. El control de crucero es una gran ayuda en los viajes por autopista o autovía, ya que mejora el confort al volante considerablemente, al no tener que disponer el pie en todo momento sobre el pedal de acelerador, lo que incrementa la tensión muscular.
Junto al control de crucero se suele ofrecer un sistema de limitación de la velocidad. No tiene demasiado que ver con el primero porque la velocidad de crucero se mantiene y no varía, pero los controles del limitador suelen estar en la misma zona que el otro control. La utilidad de ambos es bastante evidente, pero veamos cómo funcionan.
Qué es el control de crucero
El sistema de control de crucero está encargado de mantener una velocidad constante que nosotros programaremos antes de activarlo. La regulación es simple: si la velocidad instantánea baja de la programada, se “abre” el acelerador lo suficiente como para alcanzar el objetivo; si se supera, el motor entrará en modo de retención. No entraremos en el mecanismo exacto para hacer esto, pero en resumen el control de crucero es un sistema que introduce micro correcciones en la velocidad para mantenerse a la fijada por nosotros.
En general, el sistema cuenta con diversos controles. El primero es el botón de encendido, que pone el sistema en espera hasta que pulsamos el botón que programa la velocidad a la que estamos circulando. Esa velocidad no puede ser, normalmente, inferior a 50 km/h (por diversos motivos, pero el principal es que es un sistema pensado para carretera y autovía, y no para entorno urbano). Mediante otros dos controles podemos acelerar y decelerar en pequeños incrementos (en 1 o 2 km/h). El botón “Resume” (continuar) sirve para recuperar el control de crucero en caso de que hayamos desactivado su función temporalmente.
Existen varias formas de desactivar este control de crucero. La primera y más directa es apagarlo (botón “Off”). Las otras dos son más prácticas porque el sistema se desactivará inmediatamente si pisamos el freno o el embrague. Esto es así porque en caso de emergencia no querríamos tener un control de crucero empujando a la vez que nosotros tratamos de frenar con todas nuestras fuerzas. Este es un gran sistema de apoyo a la conducción, pero tiene un cierto riesgo: la conducción podría volverse monótona para algunas personas, que se podrían distraer. Por ello, siempre, atención a la carretera.
El limitador de velocidad, perfecto para despistados
El limitador de velocidad es un sistema mucho más sencillo y, si queremos, más “mecánico” a pesar de estar controlado mediante la electrónica del coche. Una vez fijada la velocidad límite a la que no queremos llegar, el sistema corta la aceleración y el coche mantiene dicha velocidad máxima (por mucho que hundamos el pie del acelerador). Es decir, alcanzada la velocidad máxima, el vehículo regula automáticamente la velocidad para no superarla, aunque no se preocupa por si disminuimos la velocidad.
Es un sistema perfecto para evitar sobrepasar el límite legal de velocidad si estamos haciendo una conducción más manual, incluso en entornos urbanos, algo que aumenta la seguridad si es bien empleado.
Control de crucero adaptativo
Estos sistemas forman parte del roadmap hacia los sistemas de ayuda a la conducción, evolucionando rápidamente hacia mejores versiones, como el control de crucero adaptativo, que utiliza la información recabada por un radar, y una serie de sensores y cámaras, para mantener las distancias con los vehículos que nos preceden, cediendo el control a otros sistemas como la frenada autónoma en caso de peligro, y en caso de disponer de dicho sistema de seguridad.
Este control adaptativo, o ACC, dispone además de varias funcionalidades extra, como lo que se llama “asistente de cola“, disponible para cajas de cambio automáticas, y que permite que el sistema funcione incluso a velocidades de 30 km/h o menos, algo muy útil en atascos. Otra funcionalidad es el “steer assist“, o asistente de dirección, que ayuda al conductor a permanecer en el carril y seguir el ritmo del tráfico con seguridad.
También podremos encontrar referencias al control de crucero adaptativo bajo otros nombres, como control de crucero inteligente o control de crucero automático. Sin duda, estamos hablando de una herramienta que, mejorada hasta donde nos deje la imaginación primero, y la ingeniería después, jugará un papel importante en los futuros coches autónomos. A día de hoy, contar con control de crucero adaptativo es una de las claves para considerar a un coche como vehículo autónomo de nivel 2. Recordemos que la Sociedad de Ingenieros de Automoción, establece 5 niveles de conducción autónoma, 6 contando el punto de partida.