En el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) tienen un grupo de trabajo llamado Laboratorio de Interfaces Fluidas: su objetivo es encontrar soluciones cómodas y fáciles que permitan a las personas controlar la tecnología más moderna, algo que además es aplicable a los productos que salen de fábricas en todo el planeta.
Su objetivo es mejorar la experiencia acerca de cómo interactuamos con los aparatos del hogar, los coches y en general todo eso que se está dando en llamar la “Internet de las cosas“, en la que cada vez hay más electrónica conectada –pero cada cual “de su padre y de su madre”, como se suele decir.
Buena parte del trabajo se realiza sobre Open Hybrid, que es como llaman a su “plataforma de interacción con los objetos cotidianos”. Con un aspecto visual fácil de entender, como puntos y líneas conectadas, esta idea consiste en que cada aparato controlable tiene un código visual (similar a los códigos QR), que puede “verse” con solo apuntar la cámara del teléfono inteligente. Al detectarlos la “realidad” que se visualiza a través del teléfono se transforma, mostrando una interfaz común de botones y líneas. A partir de ese momento el usuario puede utilizar esos aparatos con su móvil, independientemente de cuáles sean y quién los haya fabricado.
Con ese editor de la realidad se puede entonces “controlar el mundo”: encender y apagar bombillas, subir y bajar las ventanillas del coche o reprogramar los botones del equipo de música. Lo más importante es mantener la idea básica: que la interfaz sea tan sencilla y personalizable como desee el usuario.
Las tareas que se pueden configurar van desde agrupar las ventanillas de un vehículo para subirlas o bajar todas a la vez con un clic, a enviar fotos o vídeos de un aparato a otro. También se pueden ver datos al estilo de las apps de “realidad aumentada”: la temperatura, una gráfica estadística o la información de un artista sobre la música que está sonando –con solo apuntar el móvil a cada aparato. Idealmente cada aparato de esa internet de las cosas tendría sus botones de control a gusto del usuario y eso los haría a todos universales y tan cómodos de usar como la persona quiera.
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