Amazon Go será el ejemplo clásico de cómo el mundo abrazó la automatización
El fenómeno Amazon Go acaba de explotar en todas las direcciones posibles. Por un lado, es un prodigio de la tecnología, a saber, una tienda en la que uno entra, coge los artículos que desea, y se marcha, dejando a la propia tienda con la tarea de saber qué productos adquirimos, quienes somos, y cargar el importe en nuestras cuentas. Por otro lado, Amazon Go supondrá, a largo plazo, el fin de miles de puestos de trabajo en cada país, al eliminarse por completo el factor humano en estas tiendas.
La automatización ya está aquí en el sentido más amplio, ya que no es algo nuevo para nosotros que conocemos perfectamente las cadenas de producción, por poner un ejemplo, en las que gran parte del trabajo está automatizado, y los humanos tan solo supervisan una parte del proceso. El “sentido más amplio” al que nos referimos es que en este tipo de establecimientos no haría falta ni siquiera una persona para reponer los artículos vendidos: eso es algo que podría hacer a la perfección cualquier robot diseñado para ello. Este concepto podría ser el primer ejemplo de un servicio que no necesita a ningún humano, jamás.
Pero eso sería ponerse un poco apocalípticos. Pensar que las máquinas ya nos han sustituido es un error, porque el servicio está pensado para nosotros. Guiándonos por el lado positivo, la tecnología empleada en las tiendas Amazon Go es impresionante, y aunque de momento solo está en funcionamiento para empleados de Amazon, posiblemente a principios de 2017 se conozca la primera tienda para todos.
Seguramente la primera pregunta que nos podemos hacer sobre este tipo de establecimiento es… ¿cómo sabe la tienda que hemos cogido el artículo X? ¿Y si luego lo devolvemos? ¿Y si no lo colocásemos en el mismo lugar? ¿Cómo se nos reconoce como clientes de Amazon?
Tecnología “Just Walk Out”
En Amazon denominan a la tecnología involucrada en este establecimiento como “Just Walk Out“, es decir, “simplemente, vete”. Combinando visión por ordenador, múltiples sensores y algoritmos de deep learning, es posible añadir los artículos a la cesta virtual de cada cliente, identificado mediante la app de Amazon, e incluso tener en cuenta los artículos devueltos en cualquier momento del proceso. Una vez llena la cesta, salir del local significa efectuar el checkout automático y recibir el ticket en nuestra cuenta.
Sobra decir que la perspectiva de eliminar de la ecuación ciertas profesiones actuales, como cajeros de supermercado, reponedores, o cualquier tipo de trabajo manual repetitivo, no es nada halagüeña para un gran sector de la población. Solo en EE.UU., casi la mitad de los trabajadores (el 47%) podrían estar en riesgo:
La mayoría de los trabajadores del transporte y la logística (como los taxistas y los conductores de transporte) y el apoyo de oficina (como los recepcionistas y los guardias de seguridad) “probablemente serán sustituidos por computadoras”, y que muchos trabajadores de ventas y servicios (cajeros, los empleados de alquiler, los telemarketers y los contables) también se enfrentarán a un alto riesgo de informatización.
Frente a esto hay dos visiones, la que prevé una época oscura con personas que serán incapaces de encontrar un empleo y ganarse la vida (y hay quien apuesta por implantar el “ingreso básico universal“); y por otro lado, la apuesta por un futuro con oportunidades más excitantes para las personas, una vez que los trabajos más pesados, repetitivos y poco productivos caigan en manos de los robots.
Quizás lo mejor sea verlo por el lado positivo, como una oportunidad para que las personas se dediquen a tareas más productivas, innovadoras, emprendedoras…, pero la sombra de la duda, y la ansiedad por “el fin del trabajo” siempre van a estar ahí para una gran parte de la población.
Sea como sea, Amazon Go representa un hito en muchos sentidos: en el tecnológico, en el laboral, en el económico y seguramente será recordado como el momento en que los humanos dejamos de hacer falta… al menos para llevar una tienda.