Estadios del mundo: así son sus increíbles techos plegables

El deporte está cambiando y ya no respeta siquiera a la lluvia, o mejor dicho, de dejar que la lluvia interrumpa sus planes, posponga un evento o un partido dentro de un estadio. Las gradas ya llevan muchos años parcialmente cubiertas, pero la moda ahora es dotar a los gigantescos estadios del mundo de techos plegables de no menores dimensiones. Y son unos techos con mucha técnica detrás.

Si lo pensamos bien, un techo retráctil para cubrir un estadio de fútbol tiene que ser una estructura monstruosa, tanto por sus dimensiones naturales, como por el peso del conjunto que, al fin y al cabo, está suspendido sobre los jugadores y los equipos que disputan el juego… y sobre el público. Además, está toda la maquinaria e infraestructura necesaria para abrir y cerrar el techo.

Veamos un ejemplo, el del Arthur Ashe Stadium de Nueva York:

Este añadido de 150 millones de dólares y más de 25.000 metros cuadrados se construyó durante los últimos tres años y consta de dos estructuras de acero de 800 toneladas, cubiertas de paneles de fibra de vidrio recubiertas de teflón, que se deslizan sobre ruedas de 27 pulgadas a lo largo de las guías. Se cierra en seis minutos y medio.

Poca broma es este tipo de techos, pero además de la función obvia de resguardar al público y jugadores de las inclemencias del tiempo, tienen una función estética importante y forman (y formarán) parte de la imagen de los estadios ahora y en el futuro. Aquí podemos ver un vídeo de la construcción y una demostración.

Hablando del futuro, se nos viene a la mente la idea de que esos techos se podrían aprovechar para muchas cosas como, por ejemplo, publicidad en los eventos deportivos nocturnos, o un sinfín de utilidades más que harían las delicias de cualquier departamento de marketing.

A primera vista podemos pensar que estas monstruosidades tienen dos claras desventajas: el coste de fabricación y el escaso retorno, sobre todo, en lugares con pocas lluvias. Sin embargo, cada vez se utilizan materiales más ligeros y mejores técnicas para la fabricación y el proceso de plegado. Y por eso, ahora son tendencia entre los estadios más grandes del mundo.

Por ejemplo, el futuro estadio chino Hangzhou Olympic Sports Center dispone de un diseño en forma de pétalos de flor que se repliega de una manera muy vistosa y que, en su construcción, incluye técnicas de diseño asistido que reducen en un tercio el acero necesario para construir la estructura, con respecto a cualquier otro estadio. Este asombroso espacio multideportivo tiene previsto abrir sus puertas el año próximo.

La tecnología, los procesos de fabricación y, por otro lado, el acceso a financiación despreocupada, consiguen que disfrutemos de unos estadios futuristas y muy avanzados, alejándose de la imagen de simple centro deportivo para consolidarse como símbolos más allá, como el caso de los complejos deportivos en construcción de cara a la Qatar World Cup 2022.

Como se puede comprobar, algunos de ellos son sencillamente asombrosos, como todo lo que se construye en esas latitudes, y más teniendo que hacer frente al calor.