Caminando sobre las aguas en el lago Iseo
Los afortunados que visiten el lago Iseo, en Italia, antes del próximo 3 de julio, tendrán la oportunidad de caminar sobre las aguas gracias a la nueva obra de los artistas Christo y Jeanne-Claude. La nueva ocurrencia de estos artistas es la de conectar Sulzano al Monte Isola y a la isla de San Paolo mediante unos gigantescos módulos de flotación sintéticos formados por 220.000 cubos de polietileno de alta densidad que sustentan 100.000 metros cuadrados de tela amarilla que, además, se mueve y ondula al ritmo de las olas del lago.
La obra, de acceso libre y permanente las 24 horas del día (si el tiempo lo permite), consiste en 3 kilómetros de paseo sobre las aguas del lago Iseo, con una anchura de 16 metros y una elevación de 35 centímetros sobre las aguas, aproximadamente, y se extiende otros dos kilómetros y medio por las calles de Sulzano y Peschiera Maraglio.
La sensación de caminar sobre las aguas se consigue gracias a la peculiar disposición de los “cubos” de polietileno, que ondulan al ritmo que marcan las olas del lago, y que se transmiten hacia la tela amarilla, un color elegido para encajar a la perfección con el paisaje y la luz de ese lugar tan particular, el lago rodeado por las montañas. Aquí tenemos una visión espectacular de la obra de Christo.
Seguramente lo más increíble de esta obra es su carácter efímero, pues una vez termine la “exposición”, se desmantelará y se reciclará para otros propósitos. Se trata de una idea que tiene 46 años de edad, que ha costado 17 millones de dólares y que ha juntado a 700 trabajadores que trabajaron durante 22 meses para hacerla posible. La estimación de visitantes se sitúa en los 40.000, de manera aproximada, y discurrirán a través de estos “muelles” o embarcaderos flotantes. Christo está encantado con lo efímero de su proyecto:
La parte importante del proyecto es esa temporalidad, su calidad de nómada. el trabajo debe irse, porque no soy dueño de ese trabajo; nadie lo es. Esa es la razón de que sea libre
Aparte de lo artístico de la obra, la parte de ingeniería es algo a tener muy en cuenta porque fueron necesarios muchos esfuerzos, buceadores, ingenieros y grandes ideas para conseguir que los muelles flotantes se mantuviesen sujetos al fondo del lago, que no es muy uniforme, y a la vez que la superficie se mantuviese ondulante, movida por las aguas del lago. Sin duda, algo digno de ver, pero sobre todo de experimentar en un paisaje espectacular, bajo los rayos del sol, sintiendo el viento y las aguas bajo los pies.
Para saberlo todo del proyecto, incluyendo fotografías del desarrollo, bocetos y mucho más, nada mejor que la web dedicada a los “Muelles flotantes“, por Christo y Jean-Claude.
Vía | Kottke