Flight Simulator 2020: un simulador de vuelo tan realista como la tecnología permite
Si hay un software capaz de mostrar cómo ha avanzado la tecnología informática en las últimas décadas, Microsoft Flight Simulator sería uno de los mejores candidatos. Durante casi cuatro décadas, el juego que Bruce Artwick concibiera en 1982 ha ido perfeccionándose con cada versión cada pocos años: mejores gráficos, más realismo, mejor simulación. Y al igual que los primeros juegos de coches eran poco más que cuadrados pixelados girando 90 grados a golpe de joystick y ahora parecen películas de cine, algo parecido ha sucedido con Flight Simulator. Como muestra, un estupendo vídeo que ha preparado Microsoft y en el que se repasan todas las versiones del clásico.
Como puede verse, las primeras versiones eran tan toscas como la tecnología de la época: de los gráficos en blanco y negro se pasó a las pantallas pixeladas de color, luego a una recreación más fiel de escenarios en 3D y finalmente al fotorrealismo propio de los videojuegos modernos. Dicen que Flight Simulator 2020 es tan detallado que «cualquiera puede volar hasta la puerta de su propia casa» y la verdad es que muchas personas podrán hacerlo.
En cuanto a los aspectos gráficos del MSF 2020 hay que destacar:
- El software incluye 2 petabytes de mapas del «mundo real», con datos de elevación, fotografías aéreas y de satélite, edificios recreados en 3D… Y –además de estas estructuras– 37.000 aeropuertos –básicamente todos los del mundo–, pistas y carreteras hay 1.500 millones de árboles, montañas, nieve y fieles texturas.
- Funciona con varios monitores: los verdaderos fans son capaces de crear en casa sus propias cabinas de avión con un ordenador y una tarjeta gráfica potentes y varios monitores, joysticks y otros mandos. FSM 2020 puede gestionar varias pantallas para mostrar información de forma realista «envolviendo» a quien pilota.
- En cuanto a los aviones, Microsoft colabora con más de una decena de empresas de la industria aeronáutica, de modo que hay cientos de modelos recreados con gran detalle, tanto en su aspecto exterior como interior, especialmente en lo relativo a la instrumentación.
- La calidad y detalle de las imágenes del MSF 2020 depende en gran parte de la conexión: hay muchos datos que transferir y no todos caben en el ordenador / consola. Según esto se utilizan las versiones con mayor o menor cantidad de detalles, mediante una selección automática según la capacidad de la conexión.
Pero además de lo visual el Flight Simulator se ha caracterizado siempre por un gran realismo en la simulación física. Al igual que con los simuladores de conducción –y en este caso con una complejidad aumentada– cada avión tiene sus detallados instrumentos, que han sido recreados uno por uno y que son por lo general completamente funcionales. Esto incluye tanto las palancas y botones como los indicadores, que se alimentan con los datos de la simulación.
El motor de simulación de Flight Simulator es sumamente realista y tiene en cuenta todos los datos del avión, especialmente la aerodinámica, calculada con cientos de puntos y vectores alrededor de la estructura de la aeronave. Pero se trata además de una especie de «doble simulación» porque hay una simulación paralela de las condiciones meteorológicas: viento, nubes, hielo, presión atmosférica, humedad… Todo lo que afecta a la aerodinámica y los componentes se tiene en cuenta. Dicen que incluso atravesar una nube con la punta de un ala tiene un efecto perceptible sobre la trayectoria del avión.
Otros detalles curiosos de hiperrealismo incluyen la fricción de las ruedas con las pistas de los aeropuertos y también los baches. La simulación de las condiciones atmosféricas –la «meteo», como se la conoce– es tan detallada que hay formaciones de nubes, nubes que proyectan sombra sobre el suelo y los edificios, incluso nubes con sombras sobre otras nubes, arcoiris, efectos de dispersión de luz (scattering)… Por si fuera poco el software cuenta incluso con una base de datos meteorológica real de varios meses para crear condiciones atmosféricas realistas alrededor de una ciudad, bosque o montaña.
Al igual que sucede con los simuladores automovilísticos, Flight Simulator puede ser tan complicado o tan sencillo como se quiera. Quien quiera «acción» puede activar el modo automático, que básicamente salta todos los pasos técnicos aburridos; quien quiera realismo puede ir paso a paso por las checklists o listas de comprobación de despegue, no antes de haber pedido un servicio de repostaje, embarcado a los pasajeros a través del finger del edificio del aeropuerto y esperado a que los ramperos carguen las maletas.
Curiosidades aparte, quienes gusten de este tipo de juegos y simuladores disfrutarán visitando Madrid, Barcelona, San Sebastián y muchas otras ciudades españolas desde el aire. Eso sí: no hay que olvidarse unos buenos auriculares porque también los efectos sonoros son sumamente realistas, grabados de los motores de los aviones originales. Además de esto, incluso los animales que pueden verse en algunas zonas emiten sus peculiares sonidos. Entre eso y el sonido ambiente de los bosques y montañas es sin duda lo más parecido a estar allí.