Tecnología y sentido común para evitar las principales distracciones en la conducción
¿Por qué nos distraemos en la carretera? La asociación de automovilistas estadounidense AAA tiene varios estudios dedicados a la distracción al volante y los problemas que puede causar a los conductores, especialmente en cuanto a accidentes fatales. En una reciente encuesta el 37% de las personas entrevistadas dijeron haber hablado a través del móvil mientras conducían, el 34% dijo haber leído mensajes de texto o correos y el 23% haberlos escrito. Los sistemas de entretenimiento también están en la lista de los que más distracciones causan.
Cualquier distracción al volante, por pequeña que sea, puede producir una situación que lleve a un accidente más o menos grande. Entre las situaciones que se sabe son más peligrosas, de mayor a menor riesgo, están las siguientes:
Lo que hay que evitar para no tener distracciones en la conducción
2. Usar el sistema de navegación, el equipo de audio o similares. Aunque están diseñados para funcionar con la menor cantidad de interacción necesaria posible, no dejan de necesitar desviar la mirada a pantallas, seleccionar opciones y demás.
3. Conversar (y discutir) con los pasajeros. Aunque es algo común y que se hace con naturalidad, cuando la persona que conduce ha de concentrarse en la conversación más que en la carretera pueden surgir problemas en sus tiempos de respuesta, aumentando el riesgo de accidentes. Especialmente si se están recibiendo instrucciones o incluso discutiendo acaloradamente, por ejemplo con el copiloto, la atención puede verse mermada más allá de lo deseable.
4. Comer, beber o fumar mientras se conduce. Es tan mal idea que en España de hecho está prohibido; se consideran «distracciones al volante» y pueden ser objeto de multas. Acciones como encender un cigarrillo requieren unos 4 segundos, tiempo suficiente para que un vehículo recorra más de 100 metros. Otro riesgo es que debido a algún movimiento la comida, el cigarro o el café se caigan, provocando una distracción más comprometida y que implique más riesgo.
5. Cambiar la posición de los espejos, ajustar el asiento, buscar las gafas… No sólo distraen la atención; pueden además provocar situaciones comprometidas como que se deje de controlar el vehículo, se pisen los pedales de forma inadecuada o se de lugar a un «ángulo muerto» durante unos instantes, con el riesgo que ello supone.
Soluciones: ante todo, mucha calma
Las soluciones para todas estas situaciones son sencillas:
Para usar la navegación y rutas lo mejor es programar el dispositivo antes de arrancar, igual que hacemos con el ajuste de los espejos y el asiento. O incluso detener el coche para poder hacerlo tranquilamente si ya estábamos en marcha. Afortunadamente casi todos los sistemas de navegación permiten incluso programar rutas con varias paradas y también funcionan por voz («Oye Siri, ruta a casa») sin que haya que pulsar un solo botón en la pantalla.
Respecto a costumbres como beber, fumar y charlar lo mejor es seguir las recomendaciones habituales de detenerse y descansar cada poco tiempo, aprovechando para estirar un poco las piernas y tomar un refrigerio cuando sea necesario. Es mucho mejor eso que arriesgarse a tener un accidente porque se nos caiga el café caliente encima, como tantas veces ha sucedido y hemos visto dramatizado en muchas películas.
Un último consejo es conocer bien los sistemas de seguridad del vehículo y sus limitaciones. Esto incluye los sistemas de apoyo a la conducción, de control de distracciones, de aviso de vehículos en ángulos muertos, etcétera. Hay que saber que aunque siempre son una excelente ayuda no hay que confiarse en exceso y dejarlo todo en sus manos, porque quien conduce es siempre el último responsable.