El arte de cambiar de marcha correctamente

El esquema de marchas de un coche es una de esas cosas que, sin duda, ha cambiado mucho en los últimos años. A la adopción de las sexta marcha, hace ya mucho de eso, se han sumado posteriormente la séptima y la octava. Habría que hablar también de cambio automático y manual.

Podemos ver un ejemplo de esta evolución en el catálogo de Volvo Cars. Si seleccionamos un modelo como el V40, cuya última versión se fabricó en 2019, nos encontraríamos un esquema como el siguiente, con una caja manual de seis marchas.

En cambio, echando un vistazo a vehículos más recientes, como por ejemplo, el Volvo XC40 Recharge, versión de este año, nos encontraremos dos tipos de cajas de cambios: una caja de cambios manual con seis marchas o una automática, con ocho (en la caja automática también pueden seleccionarse las marchas de forma manual). Otros modelos ya solo contemplan la caja de cambios automática, especialmente los híbridos; eso sí, siempre con una posición de cambio manual. Por último, en coches 100% eléctricos el concepto de marcha no existe como tal, no es necesario.

Al final, ya sea una caja de cambios de cinco marchas, de seis o de más, y siempre que hablemos de cambio manual, hay algunos aspectos que todo conductor tiene que tener en cuenta en aras de una conducción segura o, al menos, de una conducción eficiente.

¿Cuándo cambiar de marcha? La respuesta en las tertulias de sobremesa siempre suele ser que “eso se sabe, cuando el coche lo pide” o algo similar. Vale, pero entonces, ¿cuándo lo pide? Lo hace cuando se alcanzan un determinado número de revoluciones (RPM), que suele oscilar entre las 1.500 y las 2.000 con un motor diésel, y entre las 2.000 y las 2.500 con un motor de gasolina.

Es más complejo asociar cada marcha a un rango de velocidad concreto, y más si metemos en la ecuación la sexta y sucesivas marchas. Incluso con cinco, las opiniones de los conductores varían, así que no es una referencia demasiado práctica, salvo quizás si estás aprendiendo a conducir.

Un aspecto interesante de los cambios de marcha, seguimos hablando siempre de cajas de cambios manuales, es la posibilidad de “saltarse alguna marcha”. Por ejemplo, subir de segunda a cuarta, o reducir de quinta a tercera. Esto se puede hacer y tiene sus aspectos positivos y sus inconvenientes. Pero es necesario, por ejemplo, para pasar de segunda a cuarta, sin tirones ni bandazos, que el coche marque un número alto de revoluciones. En el caso contrario, hemos citado reducir de quinta a tercera, habría que hacer bajar el número de revoluciones. Lo recomendable es que este tipo de cambios los haga un conductor experimentado.

Recordemos que ya hemos hablado anteriormente sobre consejos para conducir un coche con cambio automático y sobre las ventajas y desventajas que presenta este tipo de cambio.