El primer paso del coche autónomo ya se ha dado: bienvenidos al futuro
Se habla demasiado sobre lo que la tecnología podrá hacer por nosotros en el futuro, y muchas veces dejamos de lado lo que ya está haciendo en todo el mundo por ayudarnos. Llevamos unos años dando vueltas a la futura llegada del coche autónomo y resulta que ya ruedan por las calles reales, de ciudades reales y transportando pasajeros de verdad, humanos como tú o como yo.
Las grandes compañías se unen para desarrollar software de conducción autónoma, como recientemente se anunció en el caso de Volvo y Autoliv, o para ofrecer el servicio de transporte como Uber y Volvo. Los coches autónomos ruedan por las calles de Gotemburgo o en Pittsburgh, y no nos debería sorprender.
El vehículo autónomo prevalecerá y con él llegarán nuevas oportunidades (y menos accidentes)
El transporte del mañana será autónomo por muchas razones, y la primera de ellas es que lo será porque es posible. Las flotas de transporte de mercancías por carretera estarán compuestas por camiones autónomos en los que, sí, viajará un ser humano encargado de otros menesteres. Al menos, eso podemos pensar, porque a la larga no tendría por qué ser necesaria la presencia de una persona para nada.
Esto, sin duda, genera dudas y suspicacias porque hace obsoletas ciertas profesiones (‘qué será de esa gente que se queda sin trabajo‘), a pesar de que es algo que cualquier revolución tecnológica o cualquier cambio de paradigma conlleva.
El reciclaje de profesiones es algo que ya conocemos en muchos ámbitos en el pasado, y decenas de profesiones desaparecieron para dar lugar a profesiones nuevas. Ya vivimos, al menos como sociedad, situaciones en las que se auguraba un futuro negro para amplios sectores de la población que, finalmente, se reconvirtieron.
Otro aspecto fundamental a tener en cuenta es el estado de la legislación sobre coches autónomos. Queda camino por delante, pero se han hecho muchos avances en los últimos años, y prueba de ello son las experiencias reales en Gotemburgo y Pittsburgh, y la futura en Londres y más países que se sumarán; también se están impulsando leyes que regulen las cajas negras en los coches, y se empiezan a perfilar la realidad de la responsabilidad final en caso de accidente.
En el terreno tecnológico, en la conducción autónoma pura, también queda camino por recorrer. Para empezar, todos los coches autónomos en funcionamiento a día de hoy necesitan un supervisor humano para tomar las riendas en caso de potencial peligro, o cuando surge un problema. Los coches de Uber disponen de un botón rojo bien visible y accesible para deshabilitar el control autónomo cuando sea necesario, por ejemplo.
Los algoritmos de conducción autónoma se refinan y se corrigen con cada error encontrado y reportado; el aprendizaje automático se realiza gracias a los miles de millones de datos recogidos en las experiencias piloto (que tienen una componente importante de marketing, pero no dejan de ser trabajo de campo) y las compañías entienden los problemas reales de la gente escuchando a las cobayas, es decir, a los voluntarios de a pie que utilizan Uber autónomo.
En este sentido es inteligente el movimiento de Uber de poner a disposición del cliente un iPad en los asientos traseros que no solo le da los buenos días, sino que muestra información útil (las preguntas más frecuentes sobre el coche y sus sistemas de control) y mantiene la parte de marketing viva gracias a la posibilidad de hacerse un selfie y compartirlo en las redes sociales. Es el momento de hacer méritos y generar buena publicidad en torno a los coches autónomos, y acciones como esa lo conseguirán.
Existen detractores, y existen titulares sensacionalistas dando por hecha la pérdida de puestos de trabajo (sin tener en cuenta los que se generarán a partir de otras oportunidades, necesidades o escasez). Pasó cuando llegó el ferrocarril, cuando nació el automóvil, cuando la televisión irrumpió en los hogares, con el teléfono móvil o los ordenadores personales. Y siempre salimos adelante, y se generan nuevas oportunidades, negocios y puestos de trabajo. El coche autónomo está aquí y ahora, y lo que sucederá después te sorprenderá…