El manual de los coches de los Cazafantasmas con detallados planos de todas sus versiones
Esta pequeña joya es el Ghostbusters Owners’ Workshop Manual y del mismo modo que mucha gente aprecia y devora los manuales de los coches cuando se los entregan nuevecitos, este sería el manual equivalente del Ectomobile, uno de los más emblemáticos vehículos de Hollywood: el coche de los cazafantasmas.
El libro cubre los diferentes modelos de Ectomobiles que se han visto en las diferentes entregas de la sala, conocidos por su matrícula Ecto-1. Esa matrícula, por cierto, es la abreviatura de “ectoplasma”, la fantasmagórica materia viva de forma cambiante que se atribuye a los fenómenos paranormales. El manual cubre tres modelos básicamente, aunque a lo largo de las películas y en otros materiales oficiales como videojuegos y series se han visto hasta 8 (numerador Ecto-1, 1a, 2, 3… etcétera).
El vehículo original fue diseñado por Steven Dane a partir de un Cadillac Miller-Meteor totalmente destartalado de 1959 como los que servían de ambulancias en la época. En la película lo compra uno de los cazafantasmas a precio de ganga porque necesitaba suspensión, frenos, transmisión y cableado, entre otras decenas de arreglos. El hábil cazafantasmas aprovecha las reparaciones para hacer del vehículo un auténtico complemento técnico para su labor: lleva sujecciones para las mochilas protónicas de los protagonistas, antenas y detectores, sirenas, espacio para las trampas y un cañón protónico (que no llegan a usar). En otras versiones vistas en cómics y series de animación el Ectomobile lleva incluso sidecar y un mecanismo de autogiro para hacerlo volar.
En la versión renovada de la película que se estrenó en 2016 el coche tiene un poco el mismo aspecto, pero según la historia es un vehículo de funeraria reacondicionado. Le instalan un reactor nuclear –cuestiones del guión– y aunque le hacen cien modificaciones mantienen el techo rosa original, de modo que resulta igual de llamativo que el de la película de los 80.
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