Conoce las nuevas etiquetas de carga de los vehículos eléctricos y estaciones de recarga

Desde el 20 de marzo de 2021, todos los nuevos vehículos eléctricos deben llevar una etiqueta con el símbolo de carga correspondiente para ayudar a los usuarios a reconocer con qué tipo de carga es compatible con el fin de elegir el correcto a la hora de recargarlo. Además de los vehículos, estas etiquetas también deben llevarlas los cables de carga y las estaciones de recarga. De esta manera, “el consumidor deberá simplemente hacer coincidir la etiqueta de su vehículo con la etiqueta correspondiente de la estación de recarga”, explican en el folleto explicativo creado por las distintas asociaciones (ACEA, ACEM, Charge Up, CharIn eV y Euroelectric).

Esta medida está vigente en los 27 países de la Unión Europea, en los del EEE (Islandia, Liechtenstein y Noruega) y en Macedonia, Serbia, Suiza y Turquía. Así que, si viajas por ellos, también sabrás como recargar el vehículo porque se emplea este mismo etiquetado. Las etiquetas las verás en todos los nuevos turismos, furgonetas, camiones, autobuses, ciclomotores, motocicletas, triciclos y cuadriciclos eléctricos. También en todas las estaciones de carga públicas, es decir, que no afecta a los puntos de carga instalados en viviendas.

Reconocerás las etiquetas porque todas están diseñadas con una forma de hexágono y con una letra en el interior de este. Algunas tienen el fondo de color blanco y otras en negro. La letra indica el sistema o interfaz de carga de ese vehículo o estación, es decir, el tipo de enchufe que es. El fondo blanco se refiere a que es un enchufe o una toma de corriente (del lado de la estación de carga). El negro lo llevan los conectores y la toma de entrada (del lado del vehículo). En una estación de carga con varios puntos de recarga verás etiquetas en cada uno de ellos.

Este nuevo sistema también distingue entre carga en corriente continua (identificadores K, L, M, N y O) y carga en corriente alterna (letras B, C, D y E). La corriente alterna (CA) es la que proporciona la red eléctrica y la que se encuentra en los enchufes de las casas. Sin embargo, las baterías de los coches eléctricos funcionan con corriente continua y, por eso, es necesario transformar la alterna en continua. Y esto se lleva a cabo a través de un inversor o cargador integrado en el propio vehículo. La recarga de un coche eléctrico directamente con corriente continua actualmente solo es posible cuando se recarga en las estaciones de recarga públicas.

La etiqueta debe estar situada cerca de la ubicación de carga de los vehículos, así como en los enchufes de carga, en los cables de carga que vienen separados, en el manual electrónico y físico del vehículo y en los puntos de recarga de acceso público, tanto en el lado de la toma de corriente como de en la ubicación de almacenaje del cable conector del vehículo.

Este etiquetado facilita al usuario saber qué fuente de alimentación deberá utilizar cuando recarga su coche en una estación pública. Y es que, con tanta variedad de sistemas conectores, puede resultar complicado acertar a la primera al principio. Esto sucede porque cada fabricante incluye una tecnología diferente para cargar la batería de los vehículos, cada una con un tamaño y diseño diferentes: Tipo 1 o Yazaki, Tipo 2 o Mennekes, Tipo 3 o Scame, Tipo 4 o CHAdeMO, Combo 2 o CSS y Schuko (este último corresponde a la toma o enchufe doméstico).

Tal vez en el futuro se unifique, pero mientras, estas nuevas etiquetas se suman a las etiquetas ambientales que distinguen a los coches como más o menos contaminantes. Estos últimos son los eléctricos tanto puros como híbridos, esto es, que llevan el distintivo CERO y ECO, respectivamente.

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