Consejos para conducir un coche automático
Aunque parece algo intuitivo, muchas personas no saben cómo conducir un coche automático. Sobre el papel es de lo más sencillo que hay en cuanto a conducción, puesto que una vez en marcha no necesitamos más que accionar el acelerador y el freno, sin preocuparnos por el cambio de marcha o el pedal de embrague.
A la hora de la verdad, la costumbre del modo manual de conducción pesa sobre muchas personas y se ven en la necesidad de aprender a usar el cambio automático. Gracias a esta pequeña guía práctica para conducir un coche automático no tendrás ningún problema a la hora de ponerte a los mandos.
Funcionamiento de un coche automático
Lo primero es saber cómo funcionan los coches automáticos. Como es algo que depende, en cierta medida, de los fabricantes y los diferentes modelos, bastará con entenderlo de forma general.
Un coche automático dispone de una caja de cambios automática que, en teoría, seleccionará la velocidad más adecuada a las circunstancias. Las cajas más sencillas se llaman “manuales automatizadas”, pues funcionan exactamente igual que una caja manual, con el embrague tradicional, pero un mecanismo robotizado realiza el cambio de marcha, y no lo hace el conductor.
Otras cajas de cambio automáticas más avanzadas reaccionan a las necesidades puntuales de potencia y par seleccionando la marcha más adecuada. Por ejemplo, si emprendemos una subida, puede ser necesario engranar una marcha más corta. Esto se hace, idealmente, de manera transparente para el conductor.
Así que el conductor tan solo debe encender el coche, seleccionar el tipo de “marcha” que desea, y comenzar a conducir. ¿Simple?
Cómo se arranca un coche automático
El proceso de arranque en un coche automático es bien diferente al de un coche con transmisión manual. Si partimos de la situación de parado, con el motor apagado, hemos de seguir estos pasos:
- Quitar el freno de estacionamiento, o de parking.
- Pisar el pedal de freno.
- Dar contacto.
- Engranar el modo deseado de conducción, en general será el modo “D” (del inglés, drive).
- En ese momento podemos levantar el pie del freno con suavidad, de manera que el coche inicia la marcha muy lentamente.
Hecho esto, ya podemos conducir con normalidad, siempre teniendo en cuenta algo muy importante: no utilizaremos el pie izquierdo para nada, durante la conducción.
Cómo usar la caja de cambios automática
Como ya hemos dicho, puede haber diferencias entre las diferentes cajas de cambios, y también en su manejo. La palanca más sencilla de entender es la denominada PRND, que debe su nombre a las iniciales de las cuatro funciones que se pueden seleccionar:
- Parking, la posición que debemos seleccionar cuando estacionamos el vehículo.
- Reverse, o lo que es lo mismo, la marcha atrás.
- Neutral, o punto muerto.
- Drive, o la marcha para conducir.
Existen variaciones, y muchas. En algunas palancas se puede seleccionar, como marcha para conducir, entre D y otros números, que tienen diferentes mapas de motor que ofrecen distintas prestaciones. Otras permiten “reducir” marchas, o “subir” marchas de manera manual, como si de una palanca de cambio secuencial se tratase.
Trucos para conducir un coche automático sin sustos
Cuando uno lleva unos años acostumbrado a un coche con caja de cambios manual, la fuerza de la costumbre se hace poderosa y difícil de controlar cuando afrontamos la conducción de un coche automático.
Con el cambio aparecen al menos dos vicios que pueden darte un susto: mover tu pie izquierdo y mover tu mano derecha.
Acostumbrados a la conducción manual, usamos el pie izquierdo con fuerza: es el pie del embrague, y este pedal se pisa a fondo. En un coche automático, utilizar inconscientemente el pie izquierdo significa practicar una frenada de emergencia en el momento más inesperado por lo que se recomienda mantenerlo quieto sobre el reposapiés.
Por otro lado, la costumbre de recudir las marchas al aproximarnos, por ejemplo, a un semáforo hace que nuestra mano derecha se mueva automáticamente hacia la palanca de cambios… que en este caso no necesitamos accionar en ningún caso. Esto no es tan peligroso como utilizar el pie izquierdo, pero sí es fuente de distracciones.