¿Cuántas horas seguidas se puede conducir?
Seguro que alguna vez te has preguntado cuántas horas seguidas se puede conducir con seguridad. Conducir es una actividad frecuente para muchos de nosotros, que nos desplazamos al lugar de trabajo, hacemos recados por la ciudad, llevamos a los niños al colegio y, no con tanta frecuencia, hacemos escapadas de fin de semana o largos viajes por carretera hacia un destino vacacional.
Aparte de esto, conducir es una actividad que exige concentración y que nos cansa física y mentalmente, sobre todo por mantener una misma postura durante mucho tiempo si viajamos por autovía, y por la monotonía del recorrido. La conducción por carretera es más dinámica, y en la ciudad se puede resumir como una suerte de «stop and go»: nos detenemos y arrancamos con mucha frecuencia. La pregunta del titular, no obstante, es más frecuente de lo que podemos pensar, así que, ¿cuántas horas seguidas se puede conducir?
¿Cada cuánto hago una parada en coche?
La recomendación de la Dirección General de Tráfico y de cualquier organización en el terreno de la seguridad vial es realizar descansos de una media hora cada dos horas de conducción, o cada 200 kilómetros. Lo que suceda primero. Extender más los períodos de conducción nos lleva a acumular cansancio y fatiga que se traducen en un aumento del riesgo de sufrir un incidente en la carretera.
Es importante dejar esto bien claro porque la conducción no es una competición. Aunque una persona joven, sana y en plenas facultades pueda aguantar largos períodos de concentración extrema, como sucede a los pilotos y deportistas de élite, sus actividades se suelen desempeñar en entornos adecuados para ello. La conducción en la vía pública tiene mucho de responsabilidad con los demás, y un solo conductor agotado puede desencadenar un incidente múltiple que, normalmente, conlleva pérdidas materiales y humanas.
Las consecuencias de conducir demasiado tiempo son graves. La somnolencia, en particular, es peligrosa en la carretera porque hace que perdamos atención, foco, reflejos y que juzguemos mal las situaciones que nos encontramos. Esta somnolencia puede dar lugar a microsueños, en los que el conductor, literalmente, se duerme durante unos segundos en los que el vehículo circula sin guía.
Por tanto, preguntarse cuántas horas se puede conducir no tiene mucho sentido, y sí lo tiene el preguntarse «cada cuánto hago una parada en coche». De hecho, uno puede (y debe) parar siempre que se sienta cansado, poco atento, cuando note estrés o, si viaja con niños pequeños, cuando estos empiecen a cansarse (cosa que sucederá, casi seguro, antes de que nos fatiguemos nosotros).
Cómo prevenir la fatiga al conducir
- Antes de viajar, necesitas descansar, es necesario dormir al menos 7 u 8 horas antes de emprender la marcha. Conducir con sueño implica que disminuirá nuestra capacidad de atención, y que nuestras capacidades motoras se verán reducidas.
- Escoge bien la hora de salida. No es recomendable salir tras una comida copiosa, y tampoco tras terminar la jornada laboral. Estadísticamente, las peores horas son entre las tres y las cinco de la madrugada y entre las dos y las cuatro de la tarde.
- Es importante ventilar bien el habitáculo antes del viaje y hacerlo también en cada parada. Además, mantener una temperatura de entre 20 y 23 grados ayudará a que el confort sea excelente y minimizará el riesgo de somnolencia.
- Durante el viaje, descansa cada dos horas, 200 kilómetros o simplemente cuando te sientas fatigado. Hacer el viaje «del tirón» no es recomendable por encima de los mencionados 200 km.
- Por supuesto, cero alcohol antes y durante el viaje.
- Consulta si los medicamentos que tomas son compatibles con la conducción. Algunos de ellos no lo son y provocan somnolencia, como los antihistamínicos y los antidepresivos.
- Evita fumar dentro del coche, por tu salud y la de los pasajeros, porque te distraerás menos y porque el humo del tabaco produce somnolencia, además de reducir, en ocasiones, la visibilidad.
- Si padeces algún trastorno respiratorio, o insomnio crónico, consulta a tu médico.
Foto | Oscar Nilsson en Unsplash.