¿Es el LIDAR imprescindible en los coches autónomos? Estas son las alternativas en desarrollo
Los coches autónomos disponen de una gran cantidad de sensores de diversos tipos para algo esencial en su existencia: recoger la máxima cantidad de datos de sus alrededores para poder tomar las mejores decisiones. Estas decisiones pueden ser tan “simples” como guiar el vehículo de A a B, o tan complejas como evaluar una situación de peligro inminente y tomar la mejor decisión para preservar la vida de sus ocupantes. El LIDAR es uno de esos sensores, pero ¿es imprescindible? ¿Existen alternativas?
El LIDAR es uno de los sensores más importantes porque contribuye a generar una especia de “mapa” tridimensional de las inmediaciones del vehículo autónomo, lo que se puede entender como la visión del coche autónomo. El LIDAR se apoya en las lecturas de otros sensores, como el radar o las cámaras de vídeo de alta resolución para terminar de componer el escenario en el que se mueve. Gracias a todos los datos recabados es posible inferir las velocidades relativas de los obstáculos detectados y evaluar su riesgo potencial, entre otras cosas.
Sin embargo, la contrapartida de este sensor es su altísima complejidad y mayor precio. Un LIDAR competitivo actual puede costar varias decenas de miles de euros, y es un escollo desde el punto de vista comercial. Toda la complejidad y la inmensa cantidad de datos que recoge, que sirven para hacer un mapa 3D muy exacto y exhaustivo del entorno, quedan a la sombra de un precio excesivo. Quizás cuando se produzcan en masa se pueda rebajar el coste, pero de momento son casi prohibitivos.
Es por esto que existen cada vez más voces cuestionando su condición de imprescindible o expresando la necesidad de reinventar el LIDAR y que haya otras alternativas más asequibles al bolsillo del consumidor potencial.
Alternativas al LIDAR tradicional: pulso láser continuo
El LIDAR actual se basa en el envío de pulsos de luz láser a razón de millones por segundo. Estos pulsos de luz rebotan en cada objeto del entorno y son recogidos por los sensores, de manera que gracias a los cambios impresos en las ondas electromagnéticas del láser, es posible caracterizar dicho entorno en tres dimensiones.
Pues bien, una alternativa a los pulsos láser sería un derivado del LIDAR consistente en un haz láser continuo, que funcionase de manera similar al radar. Este pulso continuo tendría ventajas sobre el LIDAR convencional: mayor alcance, mayor precisión y un precio muy inferior al actual. De hecho, se podría comparar en precio con una unidad de radar.
Este dispositivo, un desarrollo de la empresa AEVA (formada por antiguos trabajadores de Apple) permite distinguir objetos más lejanos, con mayor precisión y además estimar su velocidad. Además de esto, un haz continuo puede lidiar mejor con las condiciones atmosféricas adversas tales como la niebla, las tormentas o la nieve, con los objetos altamente reflectantes y, sobre todo, no le afectarían las interferencias ópticas. Y a un precio muy reducido.
Una nueva cámara térmica para caracterizar el entorno del coche autónomo
Otra alternativa en desarrollo es una cámara que trabaja en el infrarrojo lejano y que permite obtener imágenes muy detalladas de los objetos alrededor. Viper, como se denomina la cámara de AdaSky, detecta la huella de calor de los objetos cercanos, incluidos automóviles, seres humanos y otros seres vivos. Tiene un alcance de algunos cientos de metros, lo que puede permitir a los automóviles autónomos hacer mejor trabajo de detección de ciclistas y peatones con antelación suficiente.
Las ventajas de Viper están en su precio, que califican de “preparado para el mercado”, y además que carece de partes móviles. Es una cámara de estado sólido y por tanto tampoco ocupa tanto espacio como podría hacerlo el LIDAR actual (y seguramente aporta mucho menos peso al total del coche).
Lo que sí parece claro es que asistiremos a la evolución constante de todas y cada una de las partes importantes de los coches autónomos, ya sea como en este caso, con los sistemas de “visión”, o con cualquier otro sistema clave, y que muy probablemente los próximos coches autónomos no estén diseñados exclusivamente alrededor del LIDAR tal y como lo conocemos.