¿Qué ocurre si la amortiguación está en malas condiciones al frenar?
Cuando un automóvil pasa por baches mientras conduces, el sistema de suspensión absorbe el impacto. Desempeña un papel importante a la hora de garantizar una conducción suave y cómoda en cualquier vehículo. En última instancia, mejora la tracción, la respuesta de la dirección y el rendimiento general del vehículo. Se compone de amortiguadores, resortes y puntales. Si la suspensión no tiene amortiguadores, tu automóvil funcionará de manera desigual y temblará.
La forma de conducir afecta en gran medida la suspensión del automóvil. Esto significa que el conductor tiene una influencia directa en la duración de los amortiguadores y resortes del automóvil.
Qué son los amortiguadores
La suspensión del coche consta de un amortiguador y un resorte en cada rueda. Normalmente, el resorte se asienta alrededor del amortiguador y las dos partes trabajan juntas para amortiguar las vibraciones de las ruedas.
Los amortiguadores son componentes que absorben y suprimen el impacto que se produce durante la conducción. Suelen estar llenos de gas o aceite. Así suprimen las sacudidas adicionales lo más rápido posible y estabilizan la carrocería del vehículo. Proporcionan una conducción cómoda y un contacto estable con el suelo. Además, permiten que las cuatro ruedas se agarren firmemente al suelo, lo que posibilita que los frenos funcionen al máximo. De hecho, cuando se desgastan aumenta la distancia de frenado hasta un 35%.
Su función específica es absorber la fuerza de reacción del resorte. Hay dos tipos de fuerza de amortiguación: de compresión que actúa cuando la suspensión se contrae y de rebote que actúa cuando la suspensión se extiende.
Vida útil y revisión de los amortiguadores
Los amortiguadores no son piezas que puedan usarse para siempre, sino que se desgastan hasta el punto de que ya no brindan una funcionalidad o efectividad óptimas. Son piezas importantes para la seguridad vial porque pueden afectar el desgaste de los neumáticos, la estabilidad, el frenado, la vibración, la comodidad del conductor y la vida útil de otros componentes de la dirección y la suspensión. Por lo tanto, los amortiguadores siempre deben mantenerse en buenas condiciones de funcionamiento.
Generalmente la vida útil de un amortiguador es de alrededor de 80.000 kilómetros o cada cuatro años. Para saber si ha llegado al final de su ida útil se inyecta aceite en el amortiguador, y si este se filtra por el espacio en la funda que lo protege, se puede determinar que ha llegado el momento de reemplazarlo.
Si un amortiguador está roto, será peligroso conducir. El fallo más común es la fuga de aceite. Cuando el amortiguador tiene fugas, la presión del sistema hidráulico interno pierde el equilibrio y el efecto de absorción de impactos disminuirá o desaparecerá.
Síntomas de que algo va mal con tus amortiguadores
Los amortiguadores son piezas consumibles que desempeñan un papel importante en el uso seguro de los automóviles, por eso se revisa su estado (en general de todo el sistema de suspensión) en las inspecciones de la ITV. Debes atento y tener cuidado si notas alguno de los siguientes síntomas:
- Ruidos inusuales como chirridos
- Inestabilidad al frenar y girar
- El coche se mueve con viento cruzado
- Sacudidas prolongadas al frenar
- Fugas o filtraciones de aceite en el amortiguador
- Desgaste desigual de los neumáticos (más en los laterales)
- Sentir un fuerte impacto cuando se pasa sobre un agujero en la carretera
- El coche se inclina mucho al salir de una curva
A la hora de cambiar los amortiguadores, hay que hacerlo siempre por parejas. Es decir, a la vez en las ruedas traseras o en las delanteras, o en las cuatro. Reemplazarlos cuando se desgastan es una medida de seguridad al menos tan importante como sustituir los neumáticos y las pastillas de freno.