La realidad virtual es más real e inmersiva con visores de 8K y campo de visión de 180°

Cuando se habla de realidad virtual y realidad aumentada hay un factor que siempre limita las experiencias que se pueden percibir en estos entornos: la resolución y formato de los visores 3D que se utilizan como dispositivo principal para sumergirse en los mundos digitales. Estos futuristas dispositivos tienen entre sus aplicaciones el entrenamiento de pilotos de combate, conductores y especialistas en todo tipo de simulaciones, cubriendo unas necesidades que van más allá de los videojuegos.

El equipo de Vrgineers trabaja desde hace tiempo en una versión de alta gama de estos dispositivos para conseguir el mayor realismo y eliminar algunos de los problemas físicos y ópticos que presentan los modelos actuales. Sus creaciones se pudieron ver en el último CES (Consumer Electronics Show) de Las Vegas y prometen resolver cuestiones tales como los mareos que los visores 3D producen en algunas personas debido al ultrarrealismo que proporcionan.

El visor de alta gama de Vrgineers, llamado XTAL 3 es una especie de versión supervitaminada de un visor tradicional. Aborda un problema clásico que viene de los tiempos en que se inventó esta forma de interactuar: que el campo de visión de estas gafas no suele abarcar más que un área reducida, pues aunque no lo parezca los seres humanos somos capaces de ver unos 210 grados en horizonatl y 130 grados en vertical con nuestros ojos. Hay distintos modelos de XTAL 3: unos utilizan dos pantallas LED de alta resolución (4K+4K) que cubren 180° en horizontal y 90° en vertical, y otros dos pantallas de 8K para obtener la máxima calidad posible.

Según los estudios de estos especialistas, cuando se utilizan imágenes con mayor resolución y refresco de pantalla (entre 75 y 120 fotogramas por segundo) el cerebro acepta las simulaciones como más reales que cuando se ven a una «velocidad» convencional (25, 30 o 60 fps) porque entre otras cosas se evita el desenfoque (blur) en las imágenes en movimiento.

Pero aun así está el problema óptico: nuestra visión periférica funciona de forma diferente de la visión de precisión que experimentamos al mirar directamente a los objetos. Cuando la pantalla está situada muy cerca de los ojos se produce una distorsión óptica inevitable, que sólo se puede resolver utilizando las denominadas cámaras de «campo de visión ancho» (wide field), software que curve las imágenes adecuadamente y una calibración óptima. Por esta razón el diseño del visor XTAL 3 resulta un tanto extraño y «grandote» visto desde fuera, con un peso de algo más de 600 gramos; internamente de hecho el espacio que ocupan las pantallas LED es algo mayor que los de los visores convencionales.

Con el software modificando la zona de las imágenes que está normalmente al límite de nuestro campo de visión el resultado es un visor con unas imágenes ultrrarealistas, sin distorsión, en el que vemos hasta por el rabillo del ojo. Son imágenes nítidas con movimientos increíblemente reales, ya se esté trabajando en «realidad mixta» (dos cámaras de vídeo + objetos 3D) o realidad virtual (3D). Todo esto es propio de la más alta gama y como tal tiene un precio que está por encima de los 10.000 dólares, pero es actualmente la opción para entornos que requieren este tipo de soluciones, tales como el entrenamiento en simuladores de pilotos, conductores y otras tareas que van más allá del mero ocio. En cualquier caso el gran público puede soñar con que estas calidades vean reducido su precio en un futuro más o menos cercano, como suele suceder con todo tipo de tecnologías punta.

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