Acero más resistente y más ligero para la industria del automóvil

Nippon Steel, el segundo mayor productor de acero en el mundo, ha desarrollado chapa para automoción que es “un 25% más ligero y un 25% más resistente”, lo que permitirá fabricar automóviles más livianos y a la vez más seguros.

El peso de un vehículo determina cuáles son sus prestaciones y su eficiencia energética, tanto si se trata de un coche con motor eléctrico o con motor de combustión. En el primer caso es necesario compensar el peso de las baterías para garantizar una buena autonomía; en el segundo caso, el consumo de combustible guarda relación con las emisiones que salen por el tubo de escape del vehículo.

Para cumplir sus objetivos, en cuanto a emisiones y seguridad, los fabricantes de coches lidian con el desafío que supone diseñar carrocerías que sean más ligeras y que a la vez sean resistentes. ¡Qué ofrezcan seguridad a los ocupantes! Además, deben soportar los procesos de fabricación del vehículo, el estampado, las soldaduras y los procesos químicos, sin agrietar ni producir reacciones.

Materiales como el aluminio o las fibras de vidrio y de carbono o el plástico reforzado con fibra permiten reducir el peso de un vehículo manteniendo la fortaleza de su estructura. Pero también son materiales caros que suponen un incremento en los costes de fabricación y en el precio para el consumidor.

Por ese motivo, el acero sigue siendo el material más utilizado en la industria del automóvil, presente en un 70% y un 80% de los vehículos que se fabrican actualmente.

El acero para automoción mantiene una buena relación entre coste y eficiencia, que varía según el tipo de acero. De todos ellos, el acero al boro es el más cotizado en la industria del automóvil por su resistencia a igual peso. “El acero al boro es muy caro, aunque bien vale lo que cuesta”, explican en Road & Track, “el acero al boro hace que la carrocería del Volvo XC90 sea de las más resistentes que hay”.

Precisamente, buscando ese difícil equilibrio entre peso y resistencia es habitual que en una misma carrocería y estructura se cuenten diferentes tipos de acero; de dos, tres o cuatro grados de resistencia distintos dependiendo de si una zona necesita más rigidez o si exige dispersar la energía del impacto para alejarla de los ocupantes.

Las carrocerías modernas también combinan el acero con otros materiales, como el aluminio o la fibra. Los nuevos materiales —incluyendo nuevas aleaciones de acero— y el uso de fibras recicladas o naturales para plásticos e interiores, serán clave para cumplir los cada vez más exigentes metas de reducción de emisiones y de seguridad que persiguen los marcas de automóviles.

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