El reto de aumentar la seguridad de ciclistas y motoristas con la tecnología C-V2X que advierte a los coches de su presencia
En la búsqueda de más seguridad para las personas que van en automóviles, motos y bicicletas por las calles de las ciudades, hay todavía grandes retos por resolver. La tecnología C-V2X (iniciales de Cellular Vehicle-to-Everything o «Comunicación celular de vehículos a todo lo demás») sigue siendo una gran opción en este aspecto. Permite la comunicación tanto entre vehículos como con las infraestructuras (también conocido como V2I), los peatones (V2P) y otras redes (V2N), además de la red de telefonía móvil convencional 4G/5G. Siendo pequeña y cómoda, se puede instalar en cualquier vehículo. Pero, tal y como analiza Ars Technica en un artículo, todavía necesita de la colaboración de muchos fabricantes para mostrar sus frutos.
Las limitaciones de seguridad antes del C-V2X
Con la tecnología C-V2X, que suelen utilizar chips bastante estándar, como los de Qualcomm, el coche puede comunicarse directamente con otros coches, pero también con dispositivos instalados en motos y bicicletas, con los teléfonos móviles de los peatones y con la infraestructura fija: señales, semáforos, indicadores de obras… Esto supone toda una ventaja, pues aumenta la capacidad para identificar peligros. Hoy en día, una gran parte de los peores accidentes los sufren motoristas, ciclistas y peatones, y esto podría cambiar con la prevención adecuada.
Comunicación directa para mayor seguridad
La latencia o retardo acumulado en las comunicaciones es otro factor relevante, que era apreciable en las comunicaciones 3G y 4G, pero que ha mejorado mucho en las últimas implementaciones del 4G (30 a 50 ms) y sobre todo en el 5G (de 1 a 5 ms). Pero ese factor es mucho mejor en las comunicaciones directas entre dispositivos que no necesitan pasar por la red de telefonía móvil, los C-V2X. Comparativamente pueden ser mucho más eficientes en caso de problemas de comunicación, cobertura o cuando se producen los «saltos» entre las torres de las celdas.
Los ingenieros saben que técnicamente las advertencias de colisión requieren latencias de entre 1 y 10 ms para ser efectivas; comparativamente la conducción autónoma se basta con 10 ms y la información del tráfico con 10-50 ms. Para una mayor seguridad, los chips que implementan tecnologías C-V2X intentan mantener la tasa de refresco de la posición del vehículo, ya sea un coche, una motocicleta o una bicicleta, cercana a esas 10 veces por segundo. Si emiten constantemente esa señal no solo a la red móvil sino también a los dispositivos que están cerca se vuelven mucho más eficientes.
La banda de frecuencias para la seguridad
En ocasiones este radar podría servir de aviso a otros vehículos o bien a los propios motoristas, ciclistas o peatones, que podrían recibir avisos de la presencia de vehículos cercanos que estuvieran emitiendo su posición mediante tecnología C-V2X, alertando de posibles riesgos de colisión.
Además de esto los dispositivos suelen contar con GPS, de modo que podrían emitir una señal combinada con otros C-V2X para poder localizarlos más fácilmente en caso de robo, cuando están en un párking con poca cobertura en el que hay muchos vehículos similares y situaciones especiales de este tipo. En cierto modo actuarían un poco como las funciones del tipo «Buscar mi iPhone» o «Encontrar mi dispositivo» en iOS o Android, como una pequeña red colaborativa de dispositivos del mismo fabricante.
No obstante, todo esto requiere de la colaboración de muchas empresas involucradas: las diversas marcas de la industria del automóvil, empresas de telecomunicaciones, fabricantes de chips… Pero si hasta archienemigos como Apple y Google pudieron ponerse de acuerdo recientemente para eliminar potenciales problemas de seguridad con sus dispositivos, todo podría ser posible.
Fotos | (CC) Qualcomm, Euro NCAP