¿Cómo comprar un coche de segunda mano sin equivocarse?
El mercado de coches de ocasión sigue al alza en España: por cada vehículo nuevo se venden dos de ocasión, según datos de las patronales Ganvam y Faconauto. Sin embargo, no siempre resulta fácil decantarse por uno u otro. Dado que cada persona tiene propósitos y presupuestos diferentes, debes elegir un vehículo que se adapte a tu situación y deseos.
La tasa de depreciación varía según el vehículo, modelo y período, como muestran las tablas que publica el Ministerio de Hacienda y Función Pública cada año en el BOE, aunque no tiene en cuenta los kilómetros, los extras o el estado del coche. Según estas tablas que ofrecen un precio orientativo en función de la fecha de matriculación, hasta los dos años posteriores, se deprecia un 16%, de dos a tres años un 33%, de tres a cuatro años un 44%, de cuatro a cinco un 53%, de cinco a seis un 61%, de seis a siete un 66, de siete a ocho un 72%, de ocho a nueve un 76%, de nueva a 10 años un 81% y a partir de los 12 años un 90%.
Otro factor a tener en cuenta para comprar un coche es el ciclo de reposición de consumibles. Al ser una máquina dinámica, requiere mucho mantenimiento y reparación, y algunas piezas tienen un ciclo de reemplazo, por lo que el rendimiento prometido solo se puede garantizar si se reemplazan en el momento adecuado. Los consumibles típicos incluyen neumáticos, correas de distribución, correas de agua (tensores) y baterías. Por lo general, el número más habitual para el ciclo de sustitución de los consumibles del automóvil es cada 30.000 km o cada dos años. Fíjate si el vehículo ha sido revisado recientemente. Comprueba el libro de mantenimiento para asegurarte de que cuenta con los sellos que así lo acreditan.
También obligado a la hora de comprar un vehículo de segunda mano: debes probarlo para verificar el rendimiento en la conducción, en los frenos, en la dirección y la transmisión del vehículo. Ve atento para detectar posibles sonidos que puedan ser indicio de avería. Si aun así no estás seguro, pídele al vendedor que te deje llevarlo a un taller para verificar que se encuentra en buen estado.
Por fuera, comprueba si la pintura está deteriorada o dañada, si presenta golpes o algún reflejo de que tuvo algún accidente grave en el pasado. También el desgaste de los neumáticos, es decir, si el dibujo tiene al menos 1,6 mm de profundidad. Para comprobar la amortiguación, empuja por un lado con fuerza. Abre el capó y constata el nivel de aceite y la correa de distribución.
En el interior, pisa el freno durante 20 segundos y, si pasado este tiempo no vuelve a su posición, está en mal estado. Activa las diferentes funciones para comprobar que los respectivos pilotos se iluminan. Asegúrate de que los cinturones, los asientos y las cerraduras están en perfecto estado.
Comprueba si el coche está libre de cargas a través de la Dirección General de Tráfico con un informe reducido del estado del vehículo. Es gratuito. Una vez obtenido, si presenta alguna incidencia, puedes solicitar un informe detallado.
A la hora de firmar el contrato de compraventa entre particulares, guíate por este modelo de la DGT y asegúrate de que los firman tanto el comprador como el vendedor en todas las páginas del documento. Después, abona el impuesto de transmisiones Patrimoniales (IPT), modelo 620 o 621 en la comunidad autónoma en la que vivas. Por último, cambia la titularidad del vehículo en la DGT.
Y recuerda, antes de comprar un coche usado, investiga la reputación del vendedor y elige uno en el que puedas confiar. Sobre todo, porque si en el futuro surge algún problema, puedes poner una reclamación y recibir ayuda a través de los canales oficiales.