Drones con cámaras termográficas colaboran en la conservación de las tortugas marinas

Las tortugas marinas se enfrentan a muchos desafíos por su supervivencia en todas partes del mundo, pero la tecnología más moderna está de su lado. Entre estos diversos peligros están la pérdida de su hábitat –invadido a veces por el turismo y el desarrollo costero– la caza furtiva y el cambio climático, que amenazan las zonas en las que procrean. En Tailandia se han protegido especialmente las zonas de anidación y gracias a los más modernos drones se pueden realizar tareas de supervisión y vigilancia de forma mucho más eficiente.

En este vídeo, el Dr. Kittiwatanawong del Centro Biológico Marino de Phuket explica cómo son las técnicas que utilizan para proteger a las tortugas laúd de la zona: sus zonas de anidación, los huevos y las crías cuando nacen. Estas tortugas, a pesar de ser reptiles, son capaces de mantener una temperatura corporal de hasta 18 °C, lo que permite detectarlas con los equipos adecuados.

Localizar a las tortugas desde el aire con drones

Uno de los problemas comienza por localizar a las tortugas. Las playas son muy largas, de 15 o 20 km cada una y los recursos para patrullarlas, escasos. Caminar a pie por ellas buscando los característicos rastros de huellas que las tortugas dejan en la arena es cansado y complicado. Además de esto, si las tortugas notan la presencia humana tienden a volver al agua para refugiarse, haciendo la labor todavía más complicada.

La solución que han encontrado junto con la empresa de tecnología Systronics es usar drones equipados con una cámara termográfica, en este caso el modelo DJI Mavic 3T. Estos cuadricópteros pilotados a distancia van equipados con tres cámaras, una de ellas térmica, de 40 mm de distancia focal y una resolución de 640×512. Lo importante es que pueden captar imágenes de los animales vivos donde otras cámaras captan imágenes convencionales. Estas cámaras han mejorado mucho en los últimos años y ahora ofrecen resolución suficiente como para que sean útiles.

Drones que van mucho más allá

Los drones 3T pueden volar a 30 metros de altura sobre la playa en labores de patrullaje cubriendo muchos kilómetros en sesiones de hasta 45 minutos sin requerir la presencia de humanos; con un cambio de batería pueden volver a la acción y además cuentan con un sistema de «recarga rápida». A esa altitud el ruido que hacen sus motores es muy reducido y las tortugas no consideran que los aparatos sean ninguna amenaza, de modo que siguen con sus actividades de forma normal. En ese patrullaje se pueden realizar recuentos y labores estadísticas que ayudan a los biólogos marinos a trabajar en la recuperación de su población: calcular cuántas hembras hay en la playa, en el agua, sus rastros y el número de nidos.

Este tipo de drones se utilizan en otros programas, también en las mismas playas, para crear mapas (fotogrametría) en modelos 2D y 3D, tanto de las zonas de arena como del agua, lo que permite a los científicos estimar las consecuencias del cambio climático y la subida del nivel de las aguas en la zona. El aumento excesivo del nivel del agua representa una pérdida de hábitat para estas especies de tortugas, un problema que gracias a la tecnología ahora se puede anticipar y abordar a tiempo.

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