La realidad aumentada como ayuda para el aparcamiento cotidiano

La realidad aumentada es la forma en que se denomina el uso de diversas tecnologías para añadir imágenes de objetos en tiempo real a lo que se está viendo a través de una cámara de vídeo. La forma más habitual de experimentarla es a través de un smartphone: utilizando los sensores de movimiento, giróscopos digitales y las posibilidades de la cámara se superponen indicadores, líneas u objetos en 3D de forma suave y realista. Una de sus principales aplicaciones son los videojuegos, pero cada vez se está utilizando más en otros entornos, por ejemplo, callejeros virtuales, reparaciones mecánicas o diseño avanzado.

Los laboratorios Laab han desarrollado una app muy llamativa de este tipo denominada Air Mesure, que sirve para tomar medidas bastante exactas de habitaciones, objetos e incluso para añadir “muebles virtuales”. Ahora están trabajando en un prototipo que hará las delicias de los conductores: una versión específica para ayudar en el aparcamiento en línea (paralelo) con solo contemplar la escena desde el exterior.

La idea en cierto modo es “modernizar” la tradicional labor de los copilotos y ayudantes que se bajan para dar indicaciones a quien conduce e intenta aparcar. Los populares “¡Gira todo! ¡Dale, dale, dale…!” los calcula en este caso el software, teniendo en cuenta el espacio disponible para aparcar, el tamaño del vehículo y la trayectoria que van a seguir las ruedas. Más fácil imposible.

Tal y como puede verse en el vídeo, el proceso es visualmente muy sencillo. Primero se marca el tamaño de la plaza para ver si el coche (que se ha medido antes) cabe en el espacio disponible. Luego se siguen las reglas tradicionales del buen aparcamiento en línea: colocar el coche delante de la plaza, retroceder hasta que las ruedas traseras estén alineadas con el parachoques del coche que está delante, girar el volante a tope hasta los 45 grados y retroceder, girar a tope el volante al lado contrario y ¡listo! Como la “imagen fantasma” de las ruedas del vehículo se mueve sobre la trayectoria ideal, calculadas sobre el suelo, es fácil saber si se está maniobrando correctamente o corregir.

Si se hace bien, la maniobra permite encajar el vehículo incluso en las plazas de aparcamiento más estrechas –haciendo que la tarea de aparcar pase a ser algo trivial. Si el coche no cuenta con un sistema automático de aparcamiento desde luego esta parece una solución ingeniosa.

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