¿Qué es Galileo? Mejoras en radionavegación para Europa

Con el lanzamiento el pasado 25 de julio de cuatro nuevos satélites Galileo, a bordo de un cohete Ariane 5 de la Agencia Espacial Europea, se ha completado por fin la fase de despliegue del sistema de radionavegación y posicionamiento por satélite de la Unión Europea. Galileo es una pieza clave para la mejor utilización y desarrollo de futuros sistemas de radionavegación de uso civil como los que equipan la mayor parte de los vehículos de hoy en día, así como los terminales telefónicos y otros dispositivos móviles –hasta ahora limitados al uso de la red GPS gestionada por los Estados Unidos o el Glonass de la Federación Rusa. Quién sabe si acabaremos dejando de llamar “el GPS” al GPS.

Aunque Galileo ha sufrido retrasos de casi una década y todavía le queda un poco para estar cien por cien operativo (todo apunta a 2020), desde 2016 ya está en funcionamiento activo y en pruebas con más o menos la mitad de los satélites previstos, que son 30 en total (en tres órbitas distintas) de los cuales se usan 24, quedando 6 en reserva y algunos auxiliares: 4 en órbita baja y 3 geoestacionarios. Y aunque es un sistema de origen europeo funciona en todo el planeta.

La idea básica de su funcionamiento es la misma de las redes telefónicas terrestres y el propio GPS: la triangulación de las señales que emiten los satélites. Si un aparato puede detectar esas señales y medir con precisión el tiempo que tardan en llegarle, puede también calcular geométricamente con gran precisión en qué lugar del mapa está exactamente: tanto las coordenadas como la altitud.

Para usar este nuevo sistema los usuarios tendrán que actualizar sus dispositivos –que de todos modos seguirán siendo compatibles con el GPS tradicional– pero no debería ser caro ni complicado; será algo natural a medida que vayan poniéndose a la venta nuevos modelos que incorporen esta tecnología, como los nuevos vehículos que la llevarán ya incorporada.

¿Qué ventajas supondrá para quienes usamos sistemas de navegación en el vehículo disponer de esta nueva constelación de satélites y las nuevas señales?

Una de las claves de los sistemas de posicionamiento es la medición precisa del tiempo para poder hacer los cálculos de triangulación de las señales. Para garantizar esa medición cada satélite lleva un reloj de alta precisión (de hecho, van cuadruplicados por si fallan) con un máser de hidrógeno, que afina hasta una mil millonésima de segundo y que se sincroniza cada pocas horas con relojes atómicos en tierra. Todo ello para conseguir la mayor fiabilidad a la hora de calcular las distancias y posiciones con una precisión nunca vista hasta ahora.

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