“Omtanke”: el concepto sueco de Volvo para repensar la sostenibilidad

Volvo es una de las compañías internacionales con mayor compromiso en la búsqueda de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. En los últimos años, Volvo Cars se ha comprometido a reducir sus emisiones de CO2 en un 40% para 2025, así como el más ambicioso plan de conseguir la “neutralidad climática” para 2040.

Convertir en eléctricos a sus nuevas generaciones de vehículos no es suficiente y por todo ello, también, lleva el cambio por la sostenibilidad a sus plantas de fabricación y cadena de suministro.

Para conseguir estas metas de compromiso con el planeta y la ecología, Volvo Cars habla de una palabra sueca, ‘omtanke‘, que significa literalmente “cuidado, atención, consideración”, pero que también tiene la acepción de “repensar” o “pensar de nuevo”. Este es el principio básico por el que se rige Volvo Cars para la consecución de sus objetivos de sostenibilidad.

Omtanke para conseguir un futuro sostenible

Este compromiso está concebido para ir más allá de la mera producción de sus vehículos. Esta es una forma de descubrir de nuevo la sostenibilidad para beneficio de la sociedad: “Nos hace pensar de nuevo cada vez que tomamos decisiones que afectan al mundo y las vidas de las personas”.

Por todo ello, Volvo Cars cuenta con un espacio importante y destacado destinado a explicar cómo acomete estos proyectos, así como su filosofía de marca. Aquí podemos ver sus principales compromisos éticos:

Como meta, ser 100% eléctricos

Muchos son los compromisos que ha adquirido Volvo Card Group en materia de sostenibilidad. Para 2025, la compañía sueca quiere que la mitad de los coches que venda sean eléctricos, y la otra mitad, híbridos. En los próximos cinco años se esperan cinco modelos nuevos de coches Volvo completamente eléctricos. Por ahora, tendremos que conformarnos con uno.

El primero en romper esa barrera tecnológica ha sido el Volvo XC40, con un lema muy interesante: “Diseñado para la forma en la que vives, y construido para ayudarte a ti y al planeta a estar más seguros”.

El Volvo XC40 viene como adalid de la nueva gama de la casa llamada Recharged. Esta gama de coches eléctricos e híbridos enchufables está pensada para proteger a la familia, así como proteger su futuro.

Pero es que Volvo Cars no solo quiere “remodelar” su oferta de vehículos para ayudar a que el planeta sea un lugar más limpio y sostenible, sino que el compromiso va más allá y ocupa toda la cadena de suministro.

Otra de las metas fijadas es conseguir, para el año 2025, la reducción del 25% de emisiones de carbono en la producción de cada coche (teniendo como referencia datos del año 2018). Este compromiso es relativo a todo el proceso, desde la producción de componentes y materiales, hasta la extracción de minerales y metales.

Aparte de todo esto, hace muy poco que hemos conocido la noticia de que Volvo utilizará la tecnología puntera blockchain, para garantizar máxima transparencia y estrategia de negocio ético, mediante la trazabilidad total del cobalto que se usa para la fabricación de las baterías eléctricas destinadas a sus nuevas gamas de vehículos.

Plásticos: otro gran enemigo de la sostenibilidad



Por último, en este seguimiento de los compromisos por la sostenibilidad de Volvo Cars Group, queremos hablar de otra misión para respetar el medio ambiente. Y no es otra que la ambición de convertir el 25% de los plásticos utilizados en sus coches –fabricados a partir de 2025- en plástico reciclado. De nuevo se trata de un antes y un después en la historia de la automoción, pues ninguno de los grandes fabricantes ha puesto sobre la mesa propuestas de este calibre.

Para demostrar que este reto es posible, se ha llegado incluso a fabricar una versión de demostración del Volvo XC60 T8 híbrido enchufable. Este vehículo fue mostrado en la parada en Gotemburgo de la Ocean Race, carrera en realizada en colaboración con Naciones Unides y cuyo lema es “Turn the Tide on Plastic” (“cambia la marea del plástico”).

En este modelo de prueba podemos comprobar la fidelidad al modelo original, mientras que se han reemplazado más de 60 kilos de partes de plástico, con otras realizadas en plástico reciclado. En total, hasta 170 piezas o artículos fueron reemplazados, entre los que se encuentran también la tapicería de los asientos. Se utilizaron dos tipos de materiales textiles diferentes, y ambos se habían obtenido de botellas de plástico recicladas.

En definitiva, los modelos de “economía circular” son otra forma de entender la sostenibilidad: los objetos compuestos por plásticos, ya utilizados, pueden volver de nuevo a fábricas y cadenas de producción siendo reciclados. En cualquier caso, el objetivo será siempre evitar que terminen colapsando los vertederos o contaminando el agua de nuestros océanos.

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