Un ambicioso plan en Australia para aprovechar la energía solar del desierto y enviarla al sudéste asíatico por cable

Una compañía australiana llamada Sun Cable tiene un ambicioso plan energético basado en una idea de la que muchas veces se ha oído hablar tanto en España como en otros países, especialmente de la zona sahariana: crear una infraestructura eficiente que transporte electricidad generada mediante paneles solares desde el desierto hasta las zonas habitadas. Para ello planean construir la mayor planta solar del mundo en el desierto australiano, que recibe enormes cantidades de luz solar al cabo del año.

La electricidad se llevaría entonces hasta el sudeste asiático, en concreto Singapur, a lo largo de un viaje de 800 kilómetros hasta la costa y luego 4.200 km por cable submarino. Sería la mayor instalación de energía limpia y sostenible que no sólo serviría para aprovechar las interminables horas de Sol del desierto, sino que además aliviaría las emisiones contaminantes tanto de ciudades remotas masificadas y de las propias comunidades locales australianas.

Viendo los números fríamente, con su enorme extensión y reducido número de habitantes, Australia tiene la mayor cifra de «recursos solares per capita» del planeta; eso son muchas horas de sol en una enorme superficie en la que vive relativamente poca gente. Así que el planteamiento es aprovecharlo exportándolo. De hecho lo consideran al AAPowerLink (Australian-Asian Powerlink, el nombre con el que lo han bautizado) el comienzo de una incipiente nueva industria de la exportación de energía limpia a gran escala entre países cercanos.

Entre las colosales cifras que maneja el proyecto se incluyen:

Actualmente en la fase preliminar, con diversos estudios y exploraciones submarinas en 2023, las operaciones comenzarían en 2026 generando la electricidad en una gigantesca matriz de paneles modulares en mitad del desierto de la zona norte australiana. Desde ahí se llevaría a través de un tendido hasta la costa, donde se almacenaría en gigantescas baterías. La electricidad luego se transmitiría por HVDC (corriente continua de alta tensión) por cable submarino (de unos 50 cm de grosor) hasta su destino en Singapur, donde habría otras baterías para almacenarla antes de su uso definitivo. Esto eliminaría parte de los problemas de disponibilidad típicos de la corriente continua frente a la corriente alterna en que hay que convertirla para su uso doméstico.

Una buena parte del proyecto está dedicada a estudiar los beneficios de la descarbonización del sector energético, sus posibles efectos en la biodiversidad de la zona e incluso en las comunidades que viven en las zonas por las que transcurre el proyecto. Esto es porque se podría aprovechar también para dotar de electricidad a algunas pequeñas comunidades que actualmente cuentan con su propia electricidad mediante generadores diesel, una opción mucho más contaminante y cara. La idea es que si se les puede proporcionar electricidad a un precio mucho más competitivo eso abarataría sus costes y mejoraría la capacidad de todo tipo de negocios en la zona.

Además de esto, muchos son los países en los que esta tecnología de transmisión HVDC y almacenamiento en gigantescas baterías podría resultar útil, sin ir más lejos países regados generosamente por la luz solar como España y los del norte de África, que están mucho más cerca del centro de Europa que es donde hay una mayor concentración de la demanda.

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