El simulador de conducción de vehículos más realista del mundo

Desde hace años la Universidad de Iowa en Estados Unidos ha venido desarrollando su entorno de conducción virtual llamado simplemente The National Advanced Driving Simulator (NADS, Simulador de Conducción Avanzado Nacional). Básicamente es una enorme plataforma en la que hay una cúpula cerrada con 16 pantallas de vídeo de alta resolución alrededor de un círculo completo, formando imágenes de 360 grados. Al igual que los simuladores de vuelo, la plataforma puede moverse mediante un sistema hidráulico, para proporcionar mayor realismo.

El simulador principal, llamado NADS-1 es tan grande que dentro de la plataforma se puede meter un coche “de verdad”, para que su manejo sea exactamente igual y no haya diferencias en los controles y sensaciones. Lo único que se hace es quitarle las ruedas –y llenarlo de cámaras y sensores, naturalmente. A los ejes del vehículo se conectan unos mecanismos que producen vibraciones para simular fielmente el movimiento sobre distintos tipos de superficies.

La plataforma, de 8 metros de altura, tiene 13 “grados de libertad” de movimiento, que pueden moverla en 13 direcciones diferentes: izquierda, derecha, arriba, inclinación, giros… Esto permite simular las fuerzas que actúan sobre los vehículos: aceleración, frenada, pendientes… Junto con las imágenes circulares y el sonido envolvente, el resultado es una inmersión total, que permite a quien conduce sentirse en movimiento sobre cualquier tipo de terreno, número de carriles y condiciones medioambientales.



Una de las cosas divertidas es que el NADS-1 puede simular tanto automóviles como camiones y tractores –de hecho hay varios tipos de cabina con los mismos controles reales que se manejarían en un vehículo real, especialmente el volante, pero también todos los demás indicadores.

En su electrónica hay cámaras de seguimiento del movimiento de los ojos, la cabeza y sensores posturales. Además de que se captan todas las interacciones con los pedales, palancas y el volante, algunos mecanismos tienen el llamado feedback háptico para que quien conduce reciba una respuesta táctil instantánea.

Otras versiones del gran simulador de conducción

El NADS-1 no es el único simulador del laboratorio. Con el tiempo se han desarrollado otros modelos con la misma tecnología. El NADS-2, por ejemplo, es una versión más humilde con una base fija sin movimiento y una pantalla gigante de unos 120 grados de visión. Su principal misión es estudiar el deslumbramiento por los faros de los vehículos durante la conducción nocturna.

El MiniSIM, por otra parte, es un simulador con entre una y tres pantallas y un asiento fijo, más parecido casi a una máquina de los recreativos; básicamente es un simulador portátil fácil de transportar.

Ingeniería, seguridad vial y conducción autónoma

Entre las funciones de este simulador destacan dos: la primera es la investigación de diferentes factores humanos y de ingeniería en la conducción. La segunda, servir como entorno de pruebas para los vehículos autónomos. Además de esto se ha utilizado en algunas campañas de seguridad puntuales.



Los diferentes sensores del NADS-1 proporcionan información muy valiosa sobre cómo los diferentes tipos de conductores ven el mundo e interactúan con el vehículo: su capacidad de atención, la velocidad de sus reacciones, el comportamiento ante las señales y demás. Los ingenieros pueden también estudiar cómo el diseño de las calles y carreteras las hace más o menos fáciles de transitar, especialmente cuando hay que incorporar factores como los ubicuos peatones, los carriles bicis y demás. Y quienes diseñan vehículos pueden probar nuevas interfaces y ver cómo se comportan nuevos sistemas instalados en los vehículos (por ejemplo, un nuevo control de dirección o frenada).

El software del simulador es internacional: se pueden simular las ciudades y carreteras de Estados Unidos o Europa, en entornos de día, noche, asfalto, tierra, nieve, y demás. Cada uno de los objetos de las simulaciones tiene sus propias características y movimiento e interactúan unos con otros de forma autónoma, como en los videojuegos. Aunque aquí el “avanzado videojuego” puede ayudar a crear mejores vehículos, mejores vías de circulación y a entender mejor cómo mejorar la seguridad.

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