Zapatillas de competición con tecnología digna de neumáticos de altas prestaciones

En los últimos años la tecnología que marcas como Nike o Adidas han incorporado a sus zapatillas deportivas para correr a nivel de competición ha sufrido una evolución notable. Tan es así que se ha roto un notable número de récords mundiales, e incluso los equipos más tradicionales, como los keniatas, ya no conciben correr con otro tipo de calzado. Está claro que las llamadas supershoes son algo así como los neumáticos de altas prestaciones, pero para humanos.

Diseño a medida de la máxima eficiencia

La historia de las Adizero de Adidas se remonta a 2004, mientras que la popularización del concepto supershoes se suele situar hacia 2016 con las Vaporfly de Nike. Los primeros modelos de estas dos marcas ya contaban con las características básicas con las que otros diversos fabricantes, como Asics, New Balance o Saucony, entre otros, también modelan hoy en día sus zapatillas de competición y entreno de alto rendimiento.

Las ideas básicas tras estas zapatillas son tres:

Personalización: corredores y carreras

Existen supershoes diferentes para cada tipo de corredor y para las necesidades específicas en las competiciones, algo parecido a lo que sucede con los neumáticos de coches, que se adaptan al tipo de vehículo y a las condiciones de la carretera: seco, lluvia, nieve… Además de las supershoes genéricas están las superspikes, por ejemplo, superzapatillas adaptadas especialmente a las carreras en pista de atletismo, frente a las del asfalto callejero.

Este tipo de zapatillas puede mejorar, aunque sea en un pequeñísimo porcentaje, la longitud de la zancada, el tiempo que el atleta pasa en el aire entre zancada y zancada, y la energía absorbida por la pista… Toda mejora es poca y hay que tener en cuenta que todo suma, especialmente en las competiciones de larga distancia, de los 5.000 metros en adelante. En algunos casos, las mejoras son del 2% o 6%, siendo el 3% algo habitual, lo cual es especialmente importante en la fase final de las carreras. Es como las mejoras aerodinámicas de los coches o de sus neumáticos, que puede ser un ínfimo porcentaje, pero acaba convirtiéndose en una mayor autonomía y menor consumo de energía. Humana, en este caso.

Además de las grandes diferencias que hay entre las zapatillas para ir por la calle, correr en el campo o sobre otras superficies, en el caso del asfalto, las pistas y las largas distancias Nike ofrece las Vaporfly y las Alphafly. Desde su nacimiento han evolucionado en varias versiones y están diseñadas para batir récords con la máxima amortiguación para absorber los impactos, mejorar la transición del talón a la puntera y correr con comodidad sin añadir peso innecesario. Las Vaporfly 3 más modernas, por ejemplo, están concebidas para competiciones desde los 10.000 metros hasta las maratones de más de 42 km.

Por su parte, las Adizero Adios Pro Evo de Adidas solo pesan 138 gramos. Tienen una suela de caucho líquido, un diseño curvado y una espuma Lightstrike Pro mejorada, que amortigua mejor los impactos. En cierto modo todo esto recuerda a la historia de los neumáticos elásticos que se diseñan para distintos tipos de superficies y entornos (¡y planetas!) y que con la última tecnología pueden incluso adaptarse sobre la marcha.

Una tecnología no exenta de polémica

Aunque usar esta tecnología tan avanzada es una indudable ventaja para muchos, también encierra unas cuantas polémicas como efectos colaterales:

Hay cierto paralelismo entre la evolución de las zapatillas para hacer running o atletismo de competición y los neumáticos para vehículos de todo tipo. Por suerte, la mayor parte de los conductores no tendrán el problema de tener que batir récords o gestionar patrocinios: tan solo tendrán que elegir los neumáticos más adecuados y que mejor se adapten a su estilo de conducción y a disfrutar.

Fotos | Nike / Adidas

Últimas entradas de Microsiervos

Volvo EX30 eléctrico

Nuestro SUV eléctrico puro. Un gran rendimiento eléctrico en un paquete compacto.

Configura tu EX30