Se suele decir, de forma coloquial, que para poner solución a un problema, el primer paso es reconocer su existencia. Por desgracia, aún hay gente que niega el cambio climático, o que no le da la importancia que realmente tiene. Y no solo a largo plazo, sus consecuencias ya se dejan percibir. Un debate diferente sería si los que son conscientes de la grave situación hacen todo lo posible para revertirla.
Por parte de Volvo se reconoce ser parte del problema y se ha optado por pasar a ser parte de la solución. No caben medias tintas, hay que elegir. En el caso de Volvo hay varios compromisos claros para reducir las emisiones contaminantes de la marca. Uno de ellos es que para el año 2030 todo el catálogo de Volvo será 100% eléctrico. Eso incluye descartar cualquier motor de combustión, por lo que tampoco habrá sitio para vehículos híbridos. Más exigente aún es el objetivo que la marca se ha autoimpuesto a medio-largo plazo: conseguir la neutralidad de carbono para el año 2040.
Partiendo de la necesidad de transmitir el compromiso de Volvo Cars con la sostenibilidad, pero también de invitar, a cuanta más gente mejor, a ser conscientes de la gravedad, surge ‘La gráfica de hielo‘. Creada de la mano de Sra. Rushmore, se pretende que los receptores de la campaña sientan en sus manos uno de los problemas más visibles del cambio climático: el deshielo de los polos.
Así, los lectores de la revista sobre cultura contemporánea Matador, se van a encontrar en sus páginas un bloque de hielo, con la textura y el brillo del auténtico hielo. Mientras palpan la imagen la información que se les transmite es que Cada segundo se derriten 80.000 pedazos de hielo del tamaño del que tienen en sus manos. Esto podría ser representado mediante una, valga la redundancia, fría gráfica. O de esta forma, con una creatividad que invite a pasar la mano sobre ¿el papel? y a detenerse unos instantes a reflexionar… La pregunta es: ¿Y tú, quieres ser parte del problema climático o de su solución?
