Obtener el permiso de conducir de la categoría B (coches y vehículos ligeros) abre las puertas al disfrute de manejar un automóvil, como los modelos de Volvo, con todo lo que esto conlleva en cuanto a independencia para poder desplazarte a cualquier lugar cuando quieras y viajar a los lugares más hermosos de España y otros países. Superarlo requiere de conocimientos teóricos y prácticos que se evaluarán en sendos exámenes. Una vez superada la prueba teórica, toca examinarse al volante y demostrar que dominas y respetas las normas y estás preparado para circular con seguridad.
El examen práctico de conducir suele durar unos 25 o 30 minutos. El examinador, que va sentado en el asiento de atrás, da las indicaciones a seguir y se fijará en cómo vas sentado, si miras convenientemente los espejos, si respetas las señales de tráfico y muchos otros aspectos. En esta prueba se permiten algunas faltas y dependiendo de cuáles lleves a cabo aprobarás o no. Las faltas se clasifican por su nivel de gravedad: leves, deficientes y eliminatorias.
Faltas eliminatorias (E): es todo comportamiento o incumplimiento de las normas que obstaculice, impidiendo o dificultando notablemente la circulación de otros usuarios, la que afecte ostensiblemente a las distancias de seguridad, así como el incumplimiento de señales reguladoras de la circulación que no constituya falta eliminatoria, según explica la Dirección General de Tráfico (DGT).
Así, por ejemplo, se considera falta eliminatoria no respetar un paso de cebra, un stop o un semáforo en rojo, ir a más velocidad de la permitida en esa vía, no guardar la distancia de seguridad con ciclistas o peatones, ignorar las indicaciones de un agente de tráfico, obstaculizar el adelantamiento de otro vehículo, no saber circular por una rotonda, circular en sentido contrario o adelantar a otros coches sin tener visibilidad, entre otros comportamientos.
Faltas deficientes (D): la DGT las define como todo comportamiento o incumplimiento de las normas que obstaculice, impidiendo o dificultando notablemente la circulación de otros usuarios, la que afecte ostensiblemente a las distancias de seguridad, así como el incumplimiento de señales reguladoras de la circulación que no constituya falta eliminatoria.
Incorporarse a una vía de forma incorrecta, no respetar la distancia de seguridad, ir demasiado despacio sin causa justificada, no facilitar el paso a los servicios de urgencia, utilizar de forma inadecuada los carriles de aceleración, aumentar la velocidad al ser adelantado (obstaculizando), realizar una maniobra obstaculizando la circulación, no dejar pasar a los animales en las cañadas debidamente señalizadas o aparcar pisando las líneas del suelo son algunas de las faltas deficientes.
Faltas leves (L): es todo comportamiento o incumplimiento de normas reglamentarias cuando no constituya falta eliminatoria o deficiente, así como el manejo incorrecto de los mandos del vehículo, sin perjuicio de que este hecho pueda ser valorado como falta de mayor gravedad, en función de las circunstancias concurrentes en cada caso, indica la DGT.
Entre estas faltas se encuentran no señalizar correctamente alguna maniobra, no realizar las comprobaciones previas a la conducción (conocer cómo se activan las luces, dónde están el claxon o el chaleco reflectante, cómo se abre el capó, etc.), ser incapaz de arrancar el motor, no quitar totalmente el freno de mano, no adoptar la postura correcta, no utilizar el cinturón de seguridad o ponérselo mal, incorporarse con una velocidad inadecuada, frenar de forma brusca en vez de progresivamente o no desactivar el freno de estacionamiento.
¿Cuántas faltas se pueden cometer durante este examen? Suspenderás la prueba si cometes tan solo una falta eliminatoria. Tampoco te darán la calificación de apto con dos faltas deficientes, ni con una deficiente y cinco leves, ni con diez faltas leves. Así que atento a las indicaciones del examinador, a la carretera y déjate los nervios en casa para concentrarte y obtener la “L” de conductor novel.