El año 2023 fue un año récord en vehículos eléctricos en España con 70.000 matriculaciones, según AEDIVE (la patronal de la movilidad eléctrica en España y Portugal). El objetivo del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es alcanzar una penetración de 5,5 millones de vehículos eléctricos para el año 2030. Esta transición hacia el coche eléctrico supone todo un desafío en cuanto a movilidad sostenible: el reciclaje y la reutilización de sus baterías desempeñan un papel vital a la hora de reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Dado que el reciclaje es un actor clave en la economía circular, la inversión en instalaciones de reciclaje de baterías está aumentando rápidamente. La primera planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos en España empezará a construirse en Cubillos del Sil (León) a finales de 2024. Tarragona es otra de las ciudades españolas candidatas para acoger una planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos.
Proceso de reciclaje de baterías de coches eléctricos
Las baterías de los coches eléctricos son voluminosas y difíciles de reciclar. Los dos tipos de baterías más comunes son las baterías NMC, que contienen níquel, manganeso y cobalto, y las baterías LFP, que contienen litio, hierro y fósforo. También se componen de metales o ácidos con frecuencia perjudiciales para el medio ambiente.
Así, uno de los retos es diseñar y fabricar nuevas formas que lo hagan mucho más fácil. Dado que las baterías desempeñarán un papel importante en el futuro, se están realizando muchas investigaciones sobre cómo mejorarlas aún más. Las baterías de iones de sodio (BYD) y las baterías de estado sólido son ejemplos de nuevos avances en este campo.
Economía circular y sostenibilidad de las baterías
El ciclo de vida de la batería de un coche tiene su límite: tras 8-10 años y unos 160.000 km, el rendimiento suele disminuir un 70%. Con esta disminución del rendimiento a menudo es necesario reemplazarla. Ya no es adecuada para su uso en un vehículo eléctrico, pero todavía tiene mucha energía que puede y debe recolectarse.
Su ciclo de vida no termina ahí: es posible reutilizarla cambiando las celdas. Por ejemplo, pueden reutilizarse en sistemas de almacenamiento domésticos o también almacenarse y conectarse entre sí en plantas industriales.
Además de reutilizarse, las baterías de coches eléctricos también pueden reciclarse para producir nuevas baterías. Aunque la cadena de recuperación de baterías de litio aún está en sus inicios, la buena noticia es que la mayoría de los materiales utilizados en las baterías de los automóviles se pueden reciclar por completo. En general, la recuperación y eliminación de las baterías se delega a los fabricantes de automóviles: estos últimos, una vez recogidas las baterías para sustituirlas, se encargan de trasladarlas a los centros de recuperación.
El proceso de recuperación para el reciclaje consta de tres pasos: separación de componentes, trituración de materiales y fundición mediante pirometalurgia e hidrometalurgia.
Regulaciones y normativas en el reciclaje de baterías de coches eléctricos
La ley de baterías de la UE entró en vigor el 17 de agosto de 2023 para garantizar que las baterías, incluidas las de los coches eléctricos, se recojan, reutilicen y reciclen en la Unión Europea.
Entre las nuevas medidas destaca el pasaporte obligatorio a partir de febrero de 2027: todas las baterías eléctricas e industriales del mercado de la UE con una capacidad superior a 2 kWh deberán llevar un número de serie único, así como información sobre la fecha de producción, la batería tipo y modelo, su composición química, uso previsto y métricas de rendimiento.
Esta información permitirá a los recicladores manipular las baterías de manera más eficiente. O lo que es lo mismo: facilitar la reparación, garantizar el procesamiento al final de su vida útil, aumentar el contenido reciclado de las baterías y permitir un mayor grado de sostenibilidad.
