Algoritmos eficientes para resolver el «tetris» de los aparcamientos automatizados
Como el espacio en las ciudades es cada vez más costoso y las necesidades de aparcamiento no se reducen, en muchos sitios se ha avanzado en los últimos años en la creación de aparcamientos en altura de mayor densidad, con capacidad para más vehículos por metro cuadrado. No es sólo utilizar edificios de varias plantas, sino sistemas mecánicos y robóticos para poner unos coches encima de otros. En grandes ciudades de Estados Unidos, como por ejemplo Nueva York, es habitual ver solares en los que se han instalado artefactos mecánicos para apilar los vehículos en varios niveles. En Barcelona hace décadas se instaló el «párking robótico» Palau Nou en La Rambla, y Tarragona también hizo un intento que no cuajó.
Ahora unos investigadores de la Rutgers University han estado trabajando en algoritmos para optimizar ese problema de cómo aparcar más coches en la misma superficie, no necesariamente en edificios más altos. El resultado permite encajar los coches con una densidad cercana al cien por cien y combina métodos robóticos con ideas sobre como reorganizar los vehículos mientras están «en espera».
La idea recuerda a la que utilizan instalaciones como el garaje automatizado de 20 plantas que se inauguró hace tiempo en la ciudad china de Chongqing. Allí los coches suben y bajan en ascensores para colocarse en los huecos libres. Ese diseño circular es rápido y funciona bien para que los tiempos de acceso a los coches sean bajos, pero está muy lejos de acercarse al 100% de la superficie disponible en cada planta del edificio, donde quedan grandes espacios libres.
Entre las diversas ventajas, que se apuntan para estos sistemas de aparcamiento robótico, están que resultan más baratos (se puede reservar una plaza para un día completo por menos de la mitad del precio habitual), que son sistemas menos propensos a los golpes y roces típicos de los aparcamientos complicados, y que como no pueden acceder personas a la zona en la que están los vehículos no hay posibilidad de robos. Pero, por otro lado, también hay desventajas: son sistemas más complejos de instalar y sobre todo de mantener, requieren de una mayor financiación y necesitan estar ubicados en lugares estratégicos de la ciudad. Los investigadores dicen que el próximo paso es crear un prototipo a escala con coches de juguete a ver si el algoritmo y las ideas robóticas funcionan en la práctica y ver si esos «avances estilo Tetris» pudieran convertirse en algo práctico y comercial.
Foto (CC) Ivana Cajina @ Unsplash.