Un cinturón de seguridad calefactado que además mejora la autonomía del coche
El cinturón, algo más que seguridad
La situación de los vehículos eléctricos y las baterías cuando llega el frío es bien conocida: su capacidad se ve reducida por las bajas temperaturas y es fácil que su autonomía se reduzca hasta un 20% o 30% si el frío es intenso. Si además hay que dedicar parte de la preciada electricidad que almacenan a calentar el habitáculo –los vehículos eléctricos no reciclan el calor de la combustión, como los convencionales– la autonomía se reduce más todavía.
Diferencias con un cinturón de seguridad convencional
Internamente lleva unos finos hilos conductores entretejidos que son los que se calientan para proporcionar una temperatura ideal a las zonas del torso y la pelvis (a entre 36 °C y 40 °C, la temperatura corporal).
Su efecto, que puede combinarse con el de los asientos calefactados, es algo así como el de una manta eléctrica. De hecho dicen que funciona mejor si los ocupantes se quitan los abrigos para sentir su efecto más directamente sobre el cuerpo, lo cual también redunda en una mayor comodidad.
Según calcula el fabricante, usar este tipo de cinturón permitiría ampliar la autonomía del vehículo un 15% más o menos, aunque es probable que el ahorro varíe mucho dependiendo de los modelos de coche, el uso que se haga de la calefacción y las condiciones climatológicas del momento. En cualquier caso, toda ayuda es buena para estar más cómodos y ahorrar batería.