¿Cómo proteger tu coche del frío? Trucos y consejos
La llegada de las bajas temperaturas nos recuerda que debemos prestar atención a nuestro coche y tomar las precauciones necesarias para afrontar la próxima temporada invernal. El frío afecta a la mecánica y a otros elementos del coche. Uno de los momentos cruciales en invierno es el de arrancar el motor en frío, y las precauciones a la hora de pisar el acelerador. Además, nos referiremos a los neumáticos y todo lo que debemos saber cuando llega el invierno.
¿Qué partes del coche sufren más con el frío?
El frío afecta a los coches de muchas maneras, no solo en lo que se refiere al motor. De hecho, si el coche pasa las noches a la intemperie, aparcado en la calle, por ejemplo, notaremos los efectos del frío en múltiples piezas.
El parabrisas es el primer elemento del coche que veremos afectado por el frío, ya que, por debajo de 0 °C, se formará hielo durante la noche. Las gomas, los sellos, burletes y molduras, las correas y los manguitos del motor, o los propios limpiaparabrisas, van a perder elasticidad por debajo de los 10 °C.
Los neumáticos perderán presión a razón, aproximadamente, de 0,07 bares por cada 5 °C que descienda la temperatura, así que hemos de tenerlo muy en cuenta a la hora de ponernos en marcha, puesto que eso influirá definitivamente en la capacidad de agarre de estos.
Los líquidos del coche, desde el lavaparabrisas hasta el aceite del motor, se pueden ver afectados por el frío, dependiendo de sus características. Si hablamos de agua en el depósito del limpiaparabrisas, se congelará a 0 °C, pero si es un producto específico puede resistir hasta los -5 °C. En cuanto al aceite, si es del tipo 20 W, se va a volver más viscoso cuando la temperatura baja de los -10 °C/-15 °C, por lo que perderá propiedades lubricantes progresivamente. Los aceites clasificados como 10 W o menos, mantienen la viscosidad inalterada hasta -40 °C.
Por el combustible no nos debemos preocupar. A pesar de que el diésel sin aditivos se congela una vez descendemos de los diez grados bajo cero, las principales distribuidoras de combustible añaden aditivos que rebajan esa temperatura de congelación. Por su parte, la gasolina no se congela hasta los 107 grados bajo cero, así que podemos estar totalmente tranquilos a ese respecto.
La batería es otro elemento importante del coche que sufre mucho a causa del frío, ya que pierde la mitad de su potencia por debajo de los 10 grados bajo cero, lo que implica que se dificulta el arranque. En caso de que haga mucho frío, podemos intentar aportar calor externo a la batería utilizando paños secos calientes, siempre con mucha precaución.
Consejos en la conducción en época de frío
En condiciones de frío, muy especialmente de frío extremo, conviene tener en cuenta algunas recomendaciones adicionales a la hora de conducir, y hay que hacerlo ya desde el momento del arranque. Capítulo aparte merece la conducción sobre nieve y/o hielo si van a estar presentes en la carretera.
Cómo arrancar un coche en frío
Arrancar un coche en frío es un proceso delicado si las temperaturas bajan mucho. Asumiendo que no tenemos problemas con los líquidos, es decir, que no se van a congelar gracias a los aditivos y los productos anticongelantes, una vez que conseguimos que arranque el motor en frío debemos dejar que se caliente. Esto debe hacerse al ralentí, y no mediante acelerones, así que lo más recomendable es esperar un par de minutos.
En ese tiempo, el aceite lubricará el motor y la temperatura empezará a subir hacia la óptima de funcionamiento, aunque para llegar a esta tardaremos algo más de tiempo, ya en movimiento. Debemos permanecer más tiempo parados al ralentí cuanto más maja sea la temperatura, y más tiempo haya pasado el coche a la intemperie.
Si estamos bajo cero y el coche lleva toda la noche fuera, al menos, debemos estar cinco minutos así, para garantizar una temperatura mínima interna antes de emprender la marcha. Durante ese tiempo podemos descongelar las ventanillas y parabrisas, por ejemplo.
Una vez alcanzada una temperatura mínima, emprenderemos la marcha dulcemente sin forzar el motor. Utilizaremos sabiamente el cambio de marcha, si se trata de un cambio manual, tratando de no apurar las marchas y de no cambiar demasiado bajos de vueltas. Una vez alcanzada la temperatura óptima, circularemos con normalidad.
Las claves para arrancar un coche en frío sin problemas son: disponer de un buen aceite, resistente al frío; tener la batería en perfecto estado; y esperar unos minutos hasta que se caliente el motor un mínimo razonable.
Cómo conducir sobre nieve
De cómo conducir sobre nieve o hielo de forma segura ya se ha hablado en este mismo blog, así que no vamos a extender demasiado. Lo primero que hay que tener en cuenta es que la distancia de frenado aumenta considerablemente, por lo que hay que anticiparse a ello aumentando, por nuestra parte, la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede. Otro motivo para hacerlo es que tendremos menos visibilidad si sigue nevando.
En general, hay que conducir de forma más suave. Y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de mover el volante, pero también cuando se acelera y cuando se frena. Los movimientos tienen que ser muy suaves.
Cómo proteger tu coche del frío con estas recomendaciones
Hasta ahora hemos hablado de la conducción. Pero el coche tiene que estar preparado antes de que empecemos a circular; hay que anticiparse a las condiciones que nos vamos a encontrar en la carretera. Y también hay que proteger al vehículo y sus elementos cuando está parado, muy especialmente si “duerme” en el exterior.
La mayoría de estos consejos hay que seguirlos a rajatabla por nuestra seguridad, mientras que otros, como el cambio de neumáticos por unos de invierno, dependerán de la crudeza del frío en nuestro entorno y también, claro está, de si es habitual la presencia de nieve o hielo.
Revisa la carga de tu batería
La batería pierde parte de su potencia por debajo de -10 grados centígrados, como se ha comentado, por lo que es conveniente revisar su carga, muy especialmente si el coche ha estado parado más tiempo del conveniente o si la batería tiene ya varios años. Nos arriesgamos a no poder ni arrancar.
En invierno, los propietarios de un coche eléctrico tendrán que añadir algunas consideraciones adicionales. Muy especialmente que con temperaturas muy bajas la capacidad real de la batería disminuye, por lo que también va a reducirse la autonomía. Además, hay que tener en cuenta que para mantener el habitáculo confortable, habrá un gasto en climatización.
Comprueba el líquido refrigerante
El líquido refrigerante es imprescindible para mantener la temperatura óptima del motor, por lo que hay que comprobarlo de forma regular y cambiarlo más o menos cada dos años. En este punto hay que recordar que el anticongelante, a veces se confunden los términos, sería un líquido diferente, pero que el refrigerante siempre contiene.
Como ya hemos explicado, el resto de los líquidos del coche también pueden verse afectados en mayor o menor medida, según lo extremo de las condiciones. Por lo que conviene asegurarse de su correcto estado.
Levanta los limpiaparabrisas por la noche
Si se ha formado hielo en el parabrisas durante la noche, lo eliminaremos de forma rápida y segura con estos consejos. De no hacerlo correctamente, podemos encontrarnos con las escobillas pegadas al hielo, que se resentirán. Por eso es buena idea, de nuevo, ser previsor, y dejar levantados los limpiaparabrisas por la noche si es previsible que hiele. Como alternativa se puede poner un plástico o un cartón entre las escobillas y el parabrisas.
Cambia los neumáticos por unos de invierno
Los neumáticos de invierno serían la mejor opción para la estación que les da nombre, pero es una necesidad que depende en gran medida de la climatología de la zona en la que se vaya a mover el vehículo. Hay otra opción que puede ser interesante, los neumáticos All Season, y por último, siempre se puede recurrir a las cadenas en un vehículo con neumáticos convencionales. Puede ser suficiente contar con ellas si vivimos en una zona de clima templado.
Revisa el sistema de calefacción
El sistema de calefacción, como cualquier otro elemento del vehículo, tiene que ser sometido a un mantenimiento adecuado. Pero es evidente que su importancia aumenta si vamos a realizar un viaje bajo unas previsibles condiciones de frío extremo. Por eso no está de más probar su funcionamiento antes de emprender la marcha.
En los coches de combustión antiguos es importante comprobar el nivel del líquido refrigerante, algo que habría que hacer de todas formas. Los coches actuales cuentan con modernos sistemas de climatización.
Evita la humedad en el interior del vehículo
La humedad en el interior del coche, además de molestias adicionales como olores, puede hacer que se empañen los cristales y nos ocasione problemas de visibilidad. Una causa puede ser que los filtros no estén limpios, por lo que la ventilación no será eficiente. En coches más viejos puede que la estanqueidad no sea correcta, por el deterioro de gomas y juntas.