Ante la llegada de la realidad del coche autónomo, el mundo deberá cambiar para adecuarse a las necesidades de este tipo de vehículos, pero también como parte de una revolución a nivel global que redefinirá el concepto de las ciudades, de la movilidad y de la sostenibilidad. El coche será más un servicio que un producto, y las peculiares características de la realidad conectada de los vehículos inteligentes serán las piedras angulares de dichos cambios.
Ante estos cambios tan importantes las industrias deberán adaptarse o experimentar una revolución. No solo la propia industria de la automoción, sino también todos los actores del sistema de transporte (transporte público, compañías de servicios a pasajeros,…), la infraestructura de las ciudades y las empresas asociadas, las empresas hosteleras y también las compañías de seguros, de transporte logístico y un largo etcétera.
Esta infografía, que reproducimos a continuación, es una buena muestra con pinceladas de cómo las industrias deberán adaptarse a los cambios que provocará la irrupción de los vehículos autónomos en la sociedad.
Los principales puntos del cambio con los coches autónomos
En las ciudades, la infraestructura deberá lidiar con la virtual falta de coches detenidos. Uno de los escenarios más probables es que en un mundo con vehículos autónomos, estos estarán el máximo tiempo posible en movimiento, ya sea para ir a recoger a sus ocupantes, como en desplazamientos a una zona de aparcamiento específica (que no ha de estar dentro de la ciudad) o en pequeños viajes para repostar.
La sociedad en conjunto se tendrá que adaptar a una realidad guiada por los vehículos autónomos
Con esta perspectiva, las ciudades dejarán de necesitar grandes cantidades de superficie dedicadas a “almacenar coches estacionados”, y ese espacio se puede reconvertir en aceras o en zonas verdes, contribuyendo a núcleos urbanos más sostenibles y enfocados a las personas.
La industria del automóvil también verá cómo se tiene que adaptar, pues es de esperar que el ritmo global de ventas disminuya. Aunque esa puerta se entorne, se abren otras vías de negocio posibles basadas en los servicios de postventa, con soluciones de movilidad, aseguramiento, limpieza…
Tampoco se librarán de los cambios las compañías de seguros, que tendrán que adaptar sus productos en un momento en el que los accidentes de tráfico disminuirán sensiblemente (o al menos esa es la idea); las compañías de transporte logístico verán más cambios que ninguna otra y su principal reto será la eficiencia del transporte combinando vehículos autónomos con drones para el reparto a domicilio, y todo ello ligado a nuevas maneras de gestionar el almacenamiento.
El transporte público, las soluciones de movilidad compartida, en definitiva, toda la sociedad se tendrá que adaptar a una realidad en la que el “simple” hecho de disponer de vehículos que circulan sin conductor supondrá una de las revoluciones más importantes de la historia.
Vía | Web Strategist