Nos habíamos acostumbrado a que los gadgets son objetos relativamente baratos casi de «usar y tirar» y los tratamos con desdén sin importarnos si se estropean. Pero en los últimos tiempos esto ha cambiado un poco. Ya sea por la época en la que muchas tiendas han estado completamente cerradas –y no había posibilidad de reemplazo o reparación– ya sea porque económicamente haya que apretarse un poco el cinturón, hacer que los gadgets duren más ha cobrado nueva relevancia.
Curiosamente los consejos para alargar la vida de los dispositivos electrónicos de todo tipo no son muy complicados de seguir. Algunos son conocidos, pero otros no tanto, y merece la pena mencionarlos. Además estamos en una época especialmente crítica para los gadgets: el verano. Sol, calor, arena, agua… Lo que es bueno para nosotros es en cierto modo letal para los gadgets. Así que ahí va una breve lista de cómo evitar que nada de esto los afecte demasiado:
Cuidar las baterías
Ahora que muchos dispositivos dependen de una batería recargable para funcionar conviene saber cómo tratarla adecuadamente. No todas las baterías son iguales y no todas se recargan igual. Los fabricantes explican en los manuales cómo cuidarlas de forma óptima y merece la pena dedicar unos minutos a leerlo. Si no se realizan los ciclos de carga de la forma correcta, las baterías pueden ver reducido su rendimiento (carga máxima) o estropearse a los pocos años (un problema típico de los portátiles) incluso dañando los equipos: algunas se hinchan y hasta deforman físicamente el aparato.
Apple tiene una página acerca del rendimiento de las baterías en iPhones y MacBooks; Google tiene otra sobre optimizar y cuidar la batería en dispositivos Android y cada fabricante de PCs tiene su propia página. Un error típico es dejar siempre los portátiles enchufados y cargando; otro es dejarlos mucho tiempo sin usar con la batería al 0% o al 100% (cuando vienen de fábrica llegan a media carga, por algo será). Lo normal es dejarlos cargando por la noche y desenchufarlos por la mañana, añadiendo alguna otra carga si durante el día bajan del 30%.
Durante el pasado confinamiento muchos coches han pasado meses sin moverse, y aunque se pueden arrancar fácilmente con una batería externa o las clásicas «pinzas» conectadas a la batería de otro coche luego hay que asegurarse que no han quedado dañadas. En los talleres especializados pueden verificar si la batería está en buen estado y conserva su carga, algo que puede que quizá haga durante unos días… para luego volver a fallar. Para evitar esto normalmente haría falta circular un poco con el coche cada pocas semanas para que se recargue de forma natural.
Cuidado con las playas, piscinas y otros «entornos hostiles»
En la época de verano los gadgets acaban indefectiblemente en lugares que no son los más adecuados para ellos: playas llenas de arena, piscinas y lugares con agua, coches bajo el «sol de justicia»… Todos estos entornos son especialmente dañinos para los dispositivos y conviene evitarlos. La forma más fácil es no llevar los gadgets a estos sitios o, si se hace, llevar versiones viejas (el típico móvil «jubilado» que tenemos en el cajón). Aunque sea obvio decirlo, utilizar fundas protege mucho ante la arena, la suciedad y los golpes. Y meter los gadgets en bolsas de plástico (como las de congelar) es una solución casera, barata y efectiva: protege del agua, de la arena y de los arañazos.
En estos sitios además hay que evitar que los gadgets reciban directamente la luz del Sol durante demasiado tiempo. Un truco es apagarlos, guardarlos dentro de mochilas o bolsas, colocarlos entre la ropa o en la nevera de playa que suele estar más fresca (dentro de su bolsa hermética). La forma de concienciarse es imaginar que un móvil, una tableta o un Kindle son tan sensibles como la piel humana a los rayos del Sol… ¡Pero a los gadgets no podemos ponerles crema de protección solar!
Los coches cerrados y aparcados bajo el sol son también una «trampa traicionera» para los gadgets. El interior puede alcanzar altísimas temperaturas (más de 40 y 50 grados a veces) y prácticamente «fundir» ciertos plásticos, pegatinas, fundas y otros materiales. Esto también sucede si el coche está en movimiento y el gadget (teléfono, GPS) bajo la luz solar directa. Cuando se deja aparcado, los gadgets que queden dentro deben estar siempre protegidos: o en la guantera o en bolsas en zonas donde haga el menor calor posible.
Lo que nos enseña la experiencia
Otras cosas que nos ha enseñado la experiencia es que limpiar de vez en cuando los gadgets con toallitas de gafas y los conectores con palillos de madera redondeados de forma delicada sirve para eliminar suciedad y alargar su vida útil evitando problemas. Los cables rotos de los cargadores hay que reemplazarlos para evitar males mayores. Y si podemos ponerles una funda apropiada, mejor a que anden por ahí como salieron de fábrica (se les puede quitar para alguna ocasión especial).
Un último viejo consejo aplicable a cualquier gadget: jamás hay que ponerles nada encima como revistas, libros u otros gadgets: no sólo pueden quebrarse por el peso, sino que hacerlo impide ver que debajo está el gadget lo cual sólo puede suponer problemas, como ver a alguien sentándose sobre lo que parece una inocente pila de revistas (!) Y naturalmente, cuidado con el mayor enemigo de los gadgets: los niños pequeños. No deberían usar gadgets no apropiados para ellos, que estén debidamente protegidos para no romperse si se caen, llenan de arena o mojan. Por su propia naturaleza, los niños son impredecibles y es mucho más fácil prevenir esos problemas.
Foto | (CC) Md Mahdi @ Unsplash