¿Es el fin de los coches diésel?
Es posible que hoy no exista un tema más repetido y complicado de responder que el de la supuesta prohibición de los coches diésel. El mundo está desarrollando leyes y normativas que restrinjan el acceso de vehículos con motor de combustión interna a los centros urbanos, centros históricos y, en general, a zonas de las ciudades que se quieren “ganar” para los peatones. Sin embargo, hablar del fin del diésel es un error.
Para entender mejor el futuro del diésel (y, en realidad, de todos los motores de combustión), veamos qué se está planeando en Europa. Las últimas medidas propuestas para incentivar las ventas de vehículos cero emisiones en Europa nos llevan a la obligatoriedad de que el promedio de emisiones de CO2 de todos los automóviles que se vendan en el territorio a partir de 2020 no puede superar los 95 gramos por kilómetro. Es decir, promediando las emisiones de todos los modelos nuevos y motorizaciones de cada fabricante, el resultado no puede ser mayor a 95 g/km.
En caso de que se supere esa media se imponen penalizaciones de 95 euros por g/km en exceso, por cada vehículo. Esto significa que Europa está forzando por normativa que se vendan más coches híbridos y eléctricos, de manera que estos compensen las emisiones de los motores de combustión. Desde este punto de vista se puede pensar, entonces, que los coches diésel se verán afectados y se venderán menos, pero algunas previsiones apuntan a que podrían aumentar las matriculaciones diésel.
En desarrollo de la estrategia de descarbonización de 2050, adoptaremos las medidas necesarias, de acuerdo con la normativa europea, para que los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos, excluidos los matriculados como vehículos históricos, no destinados a usos comerciales, reduzcan paulatinamente sus emisiones, de modo que no más tarde del año 2040 sean vehículos con emisiones de 0gCO2/km
También se ha hablado de gravar los combustibles fósiles con nuevos impuestos especiales al diésel, por ejemplo, para desincentivar la venta de estos vehículos. Sea como sea, el camino que marca Europa es el de la progresiva descarbonización a todos los niveles, siendo el sector de la automoción uno más de entre todos los que vivirán esa progresiva falta de dependencia con el petróleo y sus derivados.
Motores diésel de última generación
Los motores diésel que montan los coches de Volvo Cars actuales están sujetos a las normativas más exigentes y mantienen unos niveles de emisión de CO2 muy contenidos. Esos niveles son, de hecho, más bajos que los que homologan los motores de gasolina. Las nuevas generaciones de motores diésel, además, emiten muchas menos partículas contaminantes que en anteriores generaciones.
Estas partículas son las que provocan los mayores problemas de salud en las grandes ciudades debido a la polución del aire, como ya comentábamos en un artículo anterior. En la red podemos encontrarnos con decenas de estudios, artículos y debates en los que se examina al detalle cuánto contaminan los coches diésel y los coches gasolina, y qué motor lo hace más o menos. No está del todo claro, pues existen factores como el tipo de conducción o el mantenimiento del motor que influyen en los resultados.
La solución es la electrificación
La solución a todos estos problemas pasa por la electrificación de las flotas de vehículos. En Volvo Cars llevamos tiempo defendiendo la progresiva electrificación de todos los modelos nuevos. Tanto es así que, hoy, todos los coches nuevos fabricados por Volvo Cars cuentan con un motor eléctrico, y la compañía lanza en estas fechas el nuevo Volvo XC40 Eléctrico Puro SUV.
Los modelos Plug-in Hybrid, por otra parte, se caracterizan por su autonomía en modo 100% eléctrico, una característica que permite circular por zonas urbanas en modo cero emisiones y, por tanto, solo utilizar el motor de combustión combinado con el eléctrico en las afueras, circunvalaciones, autovías y autopistas.
La tendencia, como hemos visto hasta ahora, es llevar el sector de la automoción hacia una progresiva descarbonización. Las nuevas motorizaciones de Volvo Cars comparten esa filosofía y por eso cada nuevo modelo de coche incorpora al menos un motor eléctrico. Con el paso del tiempo, cada vez habrá más proporción de coches eléctricos puros y Plug-In Hybrid en las flotas, y la desaparición de los diésel y gasolina puros será gradual y natural.
Hasta entonces, podemos decir que los nuevos motores diésel se conciben con un diseño más eficiente que nunca, más respetuoso con el medio ambiente, y con un nivel de emisiones de CO2 sensiblemente por debajo de los motores equivalentes de gasolina.