En una curiosa combinación titulada Volvo, The Local Project, Oscar Holm Wastesson propone una visión sobre cómo combinar los mundos del automóvil, la arquitectura y el diseño de interiores. En colaboración con Volvo ha diseñado un concepto que consiste en una pequeña vivienda con aspecto de cabaña, que podría ir acompañada de una autocaravana y que además contaría con todas las ventajas del «mundo moderno» aunque se ubique en cualquier remoto lugar campestre. Pero la idea va mucho más allá.
En la página del proyecto pueden verse algunos de los diseños y sus variantes. Aunque en ocasiones parece que se esté ante un espacioso monovolumen, lo cierto es que la zona con los asientos y la cama de matrimonio no es más que una sección independiente que combina la zona de descanso con la de trabajo con dos cómodos sillones. Hay espacio para guardar libros, las tazas del desayuno y naturalmente cajones bajo el escritorio. Aunque da la impresión de que «le falta algo», quizá es porque ese algo que echamos de menos pudiera ser tal vez el volante (!). Y como la cabaña está bien asentada sobre sus cimientos, difícil sería que se moviera.
Todas las superficies y accesorios están fabricados con una selecta gama de materiales naturales y sostenibles: pino, fibras de lino, fibras naturales y una amplia variedad de materiales reciclados: nylon, poliéster y cartón. También tiene algunos toques de aluminio. Hay un salón con una mesa para cuatro personas, un cómodo sofá doble con su mesa, cojines y televisor. Además de eso hay un cuarto de baño, una cocina integrada y también diseños en los que se puede ver una chimenea, una versión con la cama elevada, otra con dos pisos… Todo en el mismo estilo holístico y refinado.
El diseño de Wastesson busca como punto de partida el equilibro entre la vida urbana y la vida rural. Sobre todo teniendo en cuenta que hay mucha gente que a raíz de la pandemia ha empezado a alejarse de los grandes núcleos para vivir en la tranquilidad del campo. Su idea es que estas cabañas podrían ser una red de viviendas rurales a las que la gente llegara por temporadas con sus vehículos; todo sería cuestión de probar si te gusta el sitio, el entorno y las facilidades.
Complementándolo con un espacio más convencional en la zona de trabajo, los visitantes podrían ir de acá para allá descubriendo nuevos lugares mientras continúan teletrabajando y, en cierto modo, sintiéndose siempre «en casa», con la misma seguridad y tranquilidad a la que están acostumbrados. Y es que no siempre la mejor solución es ser propietario de un terreno y una vivienda; a veces el asunto puede ser como los coches: que puedan moverse de un sitio a otro y que se renueven cada pocos años por modelos superiores.