Hoy en día no son tan comunes como eran antiguamente, pero las pegatinas ovaladas con el código de los países que adornan la parte trasera de muchos coches tienen toda una historia detrás. Durante un tiempo fueron algo más que un adorno: una norma obligatoria en muchos países. Hoy en día todavía son fáciles de conseguir, pero son más un detalle de coleccionista que algo práctico en Europa.
Tal y como cuentan en la página dedicada World Standards, este tipo de identificación no existía a principios del siglo XX; sólo fueron obligatorias, en cierta medida, a partir de la Convención sobre la circulación vial de Ginebra de 1949 y, sobre todo, de la Convención de Viena sobre Señalización Vial de 1968. Su origen estuvo en Europa, un lugar en el que era relativamente común que los automóviles cruzaran fronteras y donde se consideró útil que los coches pudieran ser fácilmente identificables mediante una pegatina con las iniciales del país de origen.
De este modo, empezaron a usarse letras como A para Austria, B para Bélgica, E para España, etcétera. Como algunos países comenzaban por la misma letra se usaron códigos de dos o tres letras: I para Italia, IS para Islandia e IRL para Irlanda, por mencionar algunos. Ciertos códigos varían según el idioma local (como D para Alemania, Deutschland) o CH para Suiza (“Confederación Helvética”). A pesar de la infinidad de estándares que existen, estas letras tampoco coinciden con una lista de códigos universal; simplemente son las que son.
Hoy en día las pegatinas ovaladas ya no son obligatorias porque las matrículas europeas están –más o menos– unificadas con una banda azul vertical que incluye las estrellas de la bandera europea y el código de país… Excepto en territorios como Noruega, Finlandia o el Reino Unido (que no firmaron la convención de Viena de 1968) y que no ponen nada o la reemplazan por su propia bandera –o incluso utilizan otros colores. En la Wikipedia hay una enorme lista de ejemplos con todas las curiosas variantes y particularidades. La norma en realidad sólo exige que pueda identificarse el país de procedencia del vehículo, pero no es obligatorio que esto se haga en la propia matrícula, de modo que se pueden usar otros códigos fuera – o las pegatinas ovaladas. (Un ejemplo sería un coche español antiguo con matrícula «provincial»; en ese caso necesitaría la pegatina ovalada si va a salir de España.)
En otros lugares del mundo, también se han usado (o se siguen usando) pegatinas ovaladas, pero en la mayoría simplemente no existen. No obstante, ha habido algunas “modas” peculiares al respecto según las épocas: usar la pegatina del país de fabricación del coche o pequeñas pegatinas con los países que se han visitado, cual pasaportes. En Estados Unidos también es relativamente común usar pegatinas “inventadas” con los nombres de ciertas ciudades, regiones o incluso aeropuertos, simplemente como “símbolo de estatus”.