Iniciativa E.V.A.: la seguridad en la conducción, igual para todos y abierta para investigaciones
En la búsqueda del bien común las últimas décadas han vivido la llegada de iniciativas como la ciencia abierta y las tecnologías de diseño abierto. Ambas comparten el objetivo de hacer accesibles todos los materiales de las investigaciones y que tanto el software como las máquinas y productos físicos sean de acceso público, para que cualquiera pueda aprender y mejorarlas. Dos grandes ejemplos son el Gran Colisionador de Hadrones (el acelerador de partículas del CERN), y la propia Internet, donde la mayor parte de los servidores y estándares siguen las líneas del software libre y el código abierto.
Hace unos meses Volvo Cars anunció la Iniciativa E.V.A., consistente en una biblioteca digital abierta que cataloga los estudios de su equipo de investigación de accidentes. Las cifras son gigantescas: 40 años de investigación (desde los años 50) y datos acerca de más de 43.000 coches y 72.000 pasajeros. Todos estos estudios están ahora disponibles en The E.V.A. Initiative, organizados por temas y décadas, en PDFs descargables por cualquier que esté interesado en ellos, incluídos los últimos estudios realizados sobre el tema.
Seguridad en la conducción para todos y todas por igual
Uno de los principales puntos que destacan en la Iniciativa E.V.A. es el concepto de “igualdad ante la seguridad“, algo que hasta hace algunas décadas no se había tenido muy en cuenta, pero que en los datos de los estudios se ha demostrado importante. La cuestión es tan sencilla como esto: las mujeres tienen un mayor riesgo de lesiones en los accidentes de coche. ¿La razón? La anatomía es diferente y los “valores promedio” que se han usado históricamente en simulaciones, pruebas de colisión, muñecos dummies y para el diseño de los vehículos no siempre han tenido esto en cuenta.
Del mismo modo que la anatomía de un bebé o un niño no es igual que la de una persona adulta, otro tanto sucede entre hombres y mujeres. Un ejemplo típico son los “latigazos cervicales”, a los que son mucho más propensas las mujeres debido a que el cuello femenino es anatómicamente diferente al de los hombres. Teniendo esto en cuenta, los fabricantes pueden diseñar reposacabezas adecuados para todo tipo de cuellos, teniendo en cuenta estas diferencias. Y lo mismo puede decirse de los cinturones de seguridad, asientos, etcétera.
Teniendo todo esto en consideración desde hace algún tiempo es normal usar muñecos dummy diferenciados en las pruebas de choques; los más modernos incluyen versiones hombre/mujer, personas de baja estatura (5% de la población), bebés y niños de 3 y 6 años. Esta pruebas del “mundo real” de la Iniciativa E.V.A. que están disponibles en la biblioteca abierta son precisamente las más relevantes a la hora de garantizar que la seguridad es igual para todos.