Todos los años, la MIT Technology Review ofrece un listado de las 10 tecnologías que supondrán unos mayores avances a nivel global. El prestigio de este medio viene de ser el brazo informativo del MIT, el Instituto de Tecnología de Massachusetts, uno de los centros educativos más importantes del mundo.
A fines del pasado febrero, MIT Technology Review mostró su selección para este año 2020, en el que todo se ha paralizado debido a la crisis originada por la pandemia del COVID-19, y que solo el tiempo dirá si los expertos que elaboraron este listado estaban en lo cierto.
Vamos allá con los 10 mejores en innovación, que como señala el medio, no son los gadgets que más hype han creado, sino “aquellos avances que de verdad cambiarán la forma en la que vivimos y trabajamos”.
Internet inmune a hackeos
El listado se abre con un estudio de las universidades holandesas de Delft y La Haya. Si todo funciona como está planeado, para el final del año 2020, estos investigadores habrán dado con una fórmula de internet basado en la física cuántica.
La computación cuántica es una de las grandes promesas del futuro tecnológico y, como nos asegura otro post de la revista en su versión en español, el sistema en el que se basa una internet cuántica aseguraría un flujo de datos sin problemas, de una forma muy rápida y prácticamente imposibles de hackear.
Medicamentos de diseño hiper-personalizables
A menudo oímos hablar de las enfermedades raras, que FEDER (Federación Española de Enfermedades Raras) define como aquellas con una baja prevalencia en la población, de menos de 5 habitantes de cada 10.000. Para estos casos es muy probable que no haya un tratamiento específico.
Pues bien, esto es lo que MIT Technology Review defiende que va a cambiar: nuevos tipos de medicamentos que se hagan a medida teniendo en cuenta el código genético del paciente. Concretan que “si una enfermedad extremadamente rara tiene como causa un error específico en el ADN, ahora hay una forma de combatirlo con una solución genética”.
El ascenso del dinero digital
En junio de 2019 conocimos Libra, la criptomoneda propuesta por Facebook. La decisión generó una oleada de críticas negativas a una compañía que ha caído en escándalos y generado controversias en muchos sectores y en demasiadas ocasiones. Finalmente, Libra no se creará como una moneda digital sino como un modelo de pagos al estilo PayPal.
Sin embargo, este camino sí parece ser el que pueda tomar China, adelantada al resto de países del mundo en lo que podría suponer la primera criptomoneda lanzada por un estado. Aquí entramos en complicados temas geopolíticos, pero parece que todos los expertos apuestan por un cambio de tercio en cuanto a moneda se refiere.
Medicamentos anti-edad
Este apartado puede sonar a remedio de teletienda, pero parece ser que hay medicamentos en proceso que “no te harán vivir más (todavía), pero están diseñados para tratar determinadas dolencias ralentizando o revirtiendo el proceso fundamental del envejecimiento”.
Estos fármacos, denominados senolíticos, están ya en proceso de testeo con humanos y actúan eliminando células que acumulamos cuando envejecemos y que impiden que las células circundantes realicen los procesos normales de regeneración celular.
Moléculas descubiertas con inteligencia artificial
MIT Technology Review revela que la ciencia ha descubierto que hay alrededor de 1060 moléculas que podrían ser convertidas en fármacos para salvar vidas, sin embargo, ofrecen posibilidades químicas casi ilimitadas. Aquí es donde entra la inteligencia artificial, que con herramientas de machine learning podría explorar y determinar cuáles son las moléculas adecuadas para cada candidato.
Del mismo modo que todas las aportaciones tecnológicas de esta lista, esto no es fantasía ni un proyecto sin probar: en septiembre de 2019, un equipo de investigadores de la compañía Insilico Medicine y de la Universidad de Toronto sintetizaron varios fármacos (en pruebas) que habían sido encontrados por algoritmos de IA.
Constelaciones de satélites artificiales
La compañía SpaceX, del excéntrico millonario Elon Musk, quiere lanzar al espacio, en una década, 4,5 veces los satélites que se han lanzado al espacio desde el lanzamiento del Sputnik. Los satélites ahora son mucho más ligeros (227 kilos), son más pequeños y mucho más baratos de producir. Sin embargo, esta tecnología no convence a muchos y algunos creen que podría afectar a la investigación astronómica.
La era de la computación cuántica
La computación cuántica es un término que lleva un tiempo rondando círculos de expertos y medios tecnológicos, pero no fue hasta octubre del año pasado cuando Google reveló al mundo su ordenador de 53 qubits. Este otro término de la “supremacía cuántica” viene de que este ordenador de Google hizo un cálculo complejo en poco más de tres minutos, cuando, según la compañía, el superordenador más potente de la tierra tardaría 10.000 años en hacer lo mismo.
Está por ver todavía el potencial de esta tecnología, que todavía está en pañales, aunque es una de las más prometedoras y que más expectación generan.
Inteligencia Artificial diminuta
Nos cuenta MIT Technology Review que los investigadores en IA cada vez buscan algoritmos más potentes, lo que conlleva mayor uso de los datos y poder de computación, que a la vez deriva en servicios en la Nube cada vez más grandes (y más emisiones contaminantes). Mientras tanto, otra tendencia gira en torno a nuevos algoritmos que minimizan los modelos de deep learning sin merma de capacidades.
A la vez se está consiguiendo una nueva generación de chips especializados en IA que ofrecen mayor nivel de computación en espacios físicos más pequeños. De la misma forma que crecen sus capacidades, crecen los retos que genera esta tecnología: más difíciles de controlar, como podría ser en sistemas de vigilancia o videos de deepfakes.
La técnica de la privacidad diferencial
Cerramos este listado con una técnica matemática que recolecta datos privados de millones de usuarios mientas mantiene sus identidades en privado. Un reto cada vez más exigente, que la privacidad diferencial consigue “midiendo cuánto aumenta la privacidad cuando se le añade ‘ruido’”. Por “ruido” entendemos imprecisiones en los datos, especialmente porque ayudan a devolver el anonimato a los individuos.
Fotos | Unsplash John Adams, Donald Giannatti, Franck V.