Las bicicletas deberían comunicarse con el coche autónomo
NPR, en un reportaje en el que analiza opiniones de diversos expertos, realiza una interesante pregunta: con la popularización de los coches autónomos, ¿no tendrán que comunicarse las bicicletas con estos vehículos inteligentes por la seguridad vial?
Esta pregunta plantea escenarios fascinantes a la hora de escenificar las calles y carreteras del futuro. Nos encontramos en un momento apasionante de la industria del motor y del transporte personal, así como de las próximas ciudades inteligentes. ¿Veremos esta comunicación entre bicicletas y coches en los años venideros?
Ciudades con coches y bicicletas inteligentes
Hemos visto cómo el coche autónomo plantea muchos retos: ¿qué pasaría si un coche autónomo atropellara un peatón? ¿Qué tipo de regulaciones serán necesarias para aprobar estos vehículos?. A su vez, se están formulando interesantes propuestas: por ejemplo, el coche autónomo podría eliminar los atascos o podría emitir datos recogidos sobre seguridad vial, tráfico o contaminación. Solo el tiempo podrá decirnos cuáles fueron las soluciones triunfantes.
Una cosa está clara y es que los fabricantes de coches autónomos auguran unas ciudades con carreteras más seguras pero, mientras crecen las alternativas de transporte personal y urbano (aparte de las tradicionales), habrá que establecer “un diálogo” entre coches autónomos y otros transportes, como bicicletas.
NPR entrevista en el reportaje a Nathaniel Fairfield, ingeniero jefe de software de Waymo, una compañía que está diseñando coches autónomos (y que perteneció a un proyecto de Google). Fairfield asegura que están ayudando a que sus coches aprendan sobre el comportamiento de bicis y peatones, en más de 1.000 millones de millas de simulación. Sin embargo, con estas tecnologías se está enseñando al software del vehículo sobre posibles situaciones, ya que debe decidir por sí mismo.
La ciudad de Pittsburgh: alianza de Uber y Volvo
En agosto de 2016 Volvo anunció una alianza con Uber para el siguiente paso en el negocio de los coches autónomos y se puso en práctica en la ciudad norteamericana de Pittsburgh. Se trata una de las ciudades de EEUU donde Uber está testeando su flota de coches autónomos. En el reportaje analizan la respuesta de una organización sin ánimo de lucro, Bike Pittsburgh, que asegura que la respuesta del público fue casi mejor a la hora de circular en su bicicleta cuando era cerca de un coche autónomo que por uno conducido por una persona.
Eliminar el factor emocional o el cansancio son algunas de las metas del coche autónomo y, algunas de las tecnologías propuestas para los vehículos en los últimos años lo demuestran, como los sistemas de frenado automático ante posible colisión. En todo este contexto, el siguiente paso es facilitar la inclusión de sistemas en las bicicletas que se comuniquen con los coches sin conductor. Es el siguiente paso natural o quizá el eslabón que le falta a la cadena. Con el coche autónomo eliminamos el factor humano o los errores que una persona podría cometer al volante que, sin embargo, siguen apareciendo en viandantes o usuarios de transporte personal.