Llevamos décadas soñando con colonias humanas en la Luna, en establecernos en el satélite para diversos fines. Lo cierto es que siempre que uno se imagina una colonia lunar lo hace con una sonrisa en la boca, sobre todo si atiende a las primeras representaciones de las mismas, décadas atrás, cuando éramos tan ingenuos como imaginativos. Una colonia lunar es un paso lógico, en cierto modo, si queremos salir de la Tierra alguna vez, y nuestro satélite dispone de suficiente interés como para plantearnos la colonización, pero sin duda será algo muy complejo.
Una de las claves que podrían hacer posible esta colonización, o al menos recibir el interés adecuado para plantearnos establecer una colonia allá, es el Helio 3. Este isótopo de Helio es un combustible capaz de suministrar energía a la Tierra por muchos años (se estima en unos 5.000 años, pero es de suponer que esta cifra variará dependiendo de la demanda energética). Un solo cargamento de 25 toneladas de helio 3 podría abastecer a los Estados Unidos durante un año entero, de ahí que exista un evidente interés por explotar esa fuente de energía tan pronto como sea posible, ya que la población mundial y la demanda de energía crecen sin parar.
Sea como sea, las colonias lunares tendrán que disponer de una configuración singular y posiblemente estarán soterradas debido a las largas noches lunares, que vienen acompañadas de temperaturas gélidas.
Una rotación completa de la luna dura 28 días terrestres, lo que significa que la noche lunar dura 354 horas, el equivalente a más de 14 días en la Tierra. Este ciclo nocturno tan largo significa que las temperaturas descienden de forma dramática. Las temperaturas en el ecuador varían entre 116 ºC durante el día y -173 ºC durante las noches.
Un grupo de arquitectos ha participado en la Moontopia Collection, una especie de concurso en el que proponen sus visiones particulares de las colonias lunares desde el punto de vista de un arquitecto, es decir, empleando todas las herramientas a su alcance para que dichas colonias sean totalmente funcionales, sostenibles y eficientes, y que aseguren el desarrollo de la vida sin problemas, así como de los diversos experimentos, fuentes de energía y alimento que sean necesarios.
TEST LAB, los ganadores del concurso
Monika Lipinska, Laura Nadine Olivier e Inci Lize Ogun son las arquitectas encargadas de idear esta base de colonización lunar a al que se puede permitir que crezca y se construya a través de un método de auto-ensamblaje impreso en 3D, colonizando gradualmente la Luna a través del tiempo. Además, cuenta con una cubierta “inteligente” que reacciona a los vientos solares cambiando la forma y orientación de sus paneles.
MOMENTUM VIRIUM in L1, finalista
Sergio Bianchi, Jonghak Kim, Simone Fracasso y Alejandro Jorge Velazco Ramirez han creado un diseño de colonia lunar en órbita, que dispone de un elevador para el acceso a la superficie del satélite para minimizar el impacto humano en ella.
MODULPIA, la base lunar subterránea
De naturaleza modular, Modulpia podría crecer orgánicamente en el tiempo y, mediante el uso de estrategias bioregenerativas, sería capaz de proporcionar sus propios alimentos, plantas (para la eliminación de CO2 y la producción de oxígeno), y generar agua potable a partir de aguas grises. Los arquitectos Alessandro Giorgi, Cai Feng, Siyuan Pan y Esteban Analuiza crean esta idea de base lunar soterrada, sostenible y autoabastecida que resultó ser la favorita del público.
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