Cómo el océano puede ayudar a eliminar millones de toneladas de CO₂ de la atmósfera
En la hercúlea tarea de eliminar los cientos de miles de millones de toneladas de CO₂ de la atmósfera que contaminan el aire que respiramos contamos con unos grandes aliados: los océanos. Y es que a pesar de hacer todo lo posible por emitir la menor cantidad posible de partículas contaminantes los países de todo el mundo se han planteado también como objetivo eliminar todo lo que contamina el aire ayudando a la naturaleza con las más avanzadas tecnologías que aceleren o mejoren esos procesos vitales.
A lo largo de la historia del planeta los océanos han almacenado hasta el 25% del CO₂ presente en la atmósfera, además de absorber 90% del calor producido en exceso en la atmósfera. Pero al hacerlo, y a pesar de su vasta extensión, el agua de los mares sufre de dos modos: Primero, con el aumento de la temperatura –que entre otras cosas hace aumentar el nivel del mar–; y segundo, con un proceso llamado acidificación que influye sobre los seres vivos que allí habitan y por extensión afecta a toda la cadena alimenticia.
Si queremos seguir contando con la «ayuda» de los mares tenemos que ingeniárnoslas para combatir esos efectos indeseados. Es un problema de ingeniería nada trivial en el que trabajan científicos de todo el mundo desde diversas disciplinas y puntos de vista.
Diversas soluciones para un mismo problema: el CO₂
Las soluciones que se plantean son de lo más variadas, como puede verse en la web de la Comunidad CDR, iniciales de Carbon Dioxide Removal, o Eliminación de Dióxido de Carbono, punto de encuentro de expertos en estos temas. Entre otras se incluyen:
- Cultivo de microalgas y macroalgas para realizar una «captura de carbono» similar a la forma de transferirlo de forma natural de la atmósfera, almacenándolo en sumideros del carbono bajo tierra.
- Métodos electroquímicos (electrolíticos y electrodialíticos) para producir una captura directa en el océano, produciendo una base química reactiva al CO₂, como el hidróxido de sodio, que pueda distribuirse en la superficie del mar para consumir el CO₂ atmosférico convirtiéndolo en bicarbonato alcalino.
- Mejora de la Alcalinidad Oceánica (OAE) (Ocean Alkalinity Enhancement), consiste normalmente en un vertido controlado de materiales alcalinos o por métodos electroquímicos. La OAE es una de las opciones más prometedoras, teniendo en cuenta que actúa a largo plazo y su coste es muy reducido.
Mejorar la Alcalinidad para eliminar más CO₂
Hay muchas cuestiones relacionadas con la mejora de la alcalinidad oceánica (OAE). La idea parte de un proceso que consiste en el vertido a las aguas de compuestos químicos alcalinos, como el olivino molido o la dunita, o alternativamente mediante un proceso electroquímico.
Estas dos opciones aumentan los niveles de pH del océano, lo que permite una mayor absorción de dióxido de carbono, al tiempo que reduce los efectos adversos de la acidificación del océano. El océano ya hace esto de forma «natural» con el contacto con las zonas de tierra, pero con estos añadidos se puede acelerar el proceso a una escala más humana en la que podamos ver resultados visibles en unas pocas décadas.
Actuar y controlar
Grupos y organizaciones sin ánimo de lucro como la Carbon to Sea Initiative están enfocando ya sus esfuerzos en la OAE en base a los datos de los primeros estudios científicos al respecto. Hay que tener en cuenta que todas estas ideas para mejorar la alcalinidad tienen que considerar diversos aspectos y además controlar todo lo que sucede cuando se aplican:
- Qué tipos de materiales o procesos electroquímicos podrían utilizarse.
- Cómo podrían dispersarse adecuadamente a lo largo y ancho de los océanos.
- Los efectos sobre los ecosistemas y seres vivos que habitan las aguas.
- La potencialidad en cuanto a que sea una tecnología escalable.
- El tiempo que el proceso perdura tras su aplicación.
- El coste por tonelada de CO₂ eliminada de la atmósfera.
- Medir adecuadamente la alcalinidad para comprobar los efectos.
- Cumplir con todas las regulaciones y cuestiones de seguridad.
Todo esto parte de unas suposiciones de base preliminares como son que:
- La eliminación del CO₂ perdura más de 20.000 años.
- El coste puede oscilar entre 25 y 160 dólares por tonelada capturada.
Lo que queda claro es que todavía queda mucho por investigar, tecnologías que validar e inversiones que realizar para crear prototipos, analizar los resultados y comprobar cada una de estas ideas. Pero la comunidad científica cree que objetivos como descarbonizar de forma acelerada las toneladas de CO₂ que le sobran a nuestra atmósfera puede llegar a ser una realidad.
Fotos y vídeo | Ocean Visions / CDR Community