¿Tendrán pistas de aterrizaje circulares los aeropuertos del futuro?

La congestión de los aeropuertos y la viabilidad de los drones de reparto en la infraestructura actual de las ciudades pueden parecer dos temas con una problemática muy diferente que quizá puedan ser abordados por una misma solución. Un ingeniero holandés, Henk Hesselink, lleva años investigando sobre un proyecto de aeropuerto con pistas de aterrizaje circulares, que podría mejorar significativamente la efectividad de los aeropuertos convencionales, además de servir de testeo para aeronaves no tripuladas de reparto, ahora que todavía no están implantadas de pleno.

Aeropuertos más eficientes y verdes con pistas circulares

Henk Hesselink descubrió viendo vídeos de aterrizajes peligrosos con fuertes rachas de viento, que podía repensarse el concepto que tenemos establecido sobre las pistas de aterrizaje. Desde sus oficinas del Centro Aeroespacial de los Países Bajos, concibió la idea de aeropuertos con pistas circulares de 3.5 kms de diámetro, en los que los aviones solo tendrían viento de frente y no cruzado.

En este nuevo concepto de aeropuerto, el ruido estaría más repartido y no crearía zonas de alta polución acústica como en los convencionales. Técnicamente, las terminales serían también más verdes al reducir el consumo de combustible, entre otros motivos, porque las fuerzas centrífugas harían que los aviones perdieran velocidad al aterrizar en estas pistas circulares y con cierta pendiente.

El concepto ya se está testeando en simuladores específicos para que los pilotos comprueben la viabilidad de un aterrizaje en estas circunstancias. Lo más curioso de todo, es que este concepto ha servido para una de las tecnologías de vanguardia más en boga: los drones.

¿Podrán estas pistas de aterrizaje circulares ser la solución para los drones comerciales?

Los drones de reparto son uno de los objetivos tecnológicos más perseguidos de este siglo XXI porque están llamados a revolucionar el transporte de mercancías como lo conocemos. Sin embargo, gigantes de la tecnología, como Amazon, andan a vueltas sobre cómo solucionar problemas derivados del reparto con drones. De hecho, se ha hablado de una patente con la que se hizo la compañía de Jeff Bezos: un tren que servía de almacén, repostaje y taller de drones.

Las pistas circulares de Hesselink podrían convertirse en un hub para aterrizaje y despegue de aeronaves no tripuladas más grandes, capaces de transportar más mercancías y que, quién sabe, en un futuro también puedan transportar viajeros. De hecho, una aeropuerto en desuso cerca de La Haya ha sido anunciado como el lugar de testeo del proyecto de Henk Hesselink. Bajo el nombre the Endless Runway (“la pista sinfín”), financiado por varios países europeos, podría solucionar la creciente demanda de tráfico aéreo. ¿Cambiará para siempre nuestra forma de entender los aeropuertos?