La forma de disfrutar de los espectáculos deportivos está cambiando, y el hecho de que ahora mismo ir a un estadio lleno de gente sea algo difícil de imaginar, no hace que quienes están detrás de los equipos y las federaciones dejen de buscar nuevas formas de disfrutar de esas formas de entretenimiento. Algunas de las propuestas van en línea con la utilización del análisis de datos en tiempo real combinado con realidad aumentada en las retransmisiones y apps para crear un espectáculo igual pero mejorado.
La ciencia de datos y el deporte son una pareja perfecta, pero hasta ahora ha estado relativamente recluida a la trastienda: datos que utilizaban entrenadores, especialistas y jugadores para mejorar su juego. La revolución táctica que esto a supuesto en las últimas décadas es notable y parte de la tecnología existe desde hace muchos años: sistemas de seguimiento (tracking) para los jugadores y el balón, que capturan cada mínimo detalle de posición, ángulos y velocidad hasta 25 veces por segundo. Si se define un instante como “4 centésimas de segundo” es tarea fácil. Incluso se han visto sus posibilidades en otros deportes como la esgrima.
Entre esos analistas de datos está Steve Ballmer, ex-directivo de Microsoft y propietario de la franquicia de Los Ángeles Clippers de la NBA, una de las franquicias con menos éxito de la liga, nunca ha conseguido pasar de las semifinales de conferencia, y que espera su momento. ¿Pueden los datos cambiar esto? La NBA es baloncesto, pero también es negocio y si las retransmisiones atraen a más público a través de diversos canales, mejor que mejor.
Entre los avances de los últimos tiempos están los demostrados por Second Spectrum, la empresa que suministra las estadísticas a la NBA a partir de las imágenes que captan las cámaras instaladas en los estadios. Además de datos a los medios de comunicación y estadísticas a los propios equipos, su sistema CourtVision ofrece también la posibilidad de mejorar las retransmisiones con repetición de jugadas con análisis de datos e incluso acompañamiento infográfico en tiempo real: estadísticas de los jugadores, distancias, áreas de influencia… Se puede ver cuál es la probabilidad de que cierto pase tenga éxito, o cuán improbable era un triple de último segundo.
Algunas de las opciones de vídeo aumentado son propias de la internet moderna: emoticonos, patrocinios, memes, filtros…, todo vale mientras hagan más atractivo un partido. Lo llaman el “modo mascota” y está disponible en las apps en las que pueden verse las retransmisiones de las diferentes ligas y cadenas de televisión. Naturalmente, aderezado con todos los iconos para compartir en las redes sociales cada jugada destacada.
Con la reinvención de la forma de ver el fútbol –algo en lo que ya están metidas la Premier League inglesa y la MLS estadounidense– sucede otro tanto. Un partido se convierte en un torrente de datos, coordenadas, ecuaciones que calculan zonas de influencia, vectores de trayectoria, analítica de promedios y probabilidades…
Plasmado sobre la pantalla en tiempo real puede resultar revelador: si los jugadores están bien situados o cual es el valor del gol esperado (xG) para un disparo a puerta o una jugada de peligro. Si antiguamente sólo deportes como el béisbol o el baloncesto confiaban masivamente en las estadísticas, ahora también en el fútbol esos datos o números de xG marcan la diferencia.
Watch a classic NBA moment through a different lens:
“@kingjames catches, puts up a 3 – won’t go. Rebound @chrisbosh, back out to Allen. His 3-pointer – BANG! Tie game with 5 seconds remaining!” pic.twitter.com/8cCDPDXYgM
— Second Spectrum (@SecondSpectrum) April 9, 2020
Esta tecnología se está incluso utilizando para revisar grandes momentos del deporte del pasado. Por ejemplo, jugadas decisivas en una final, como los históricos últimos segundos del 6º partido de la final de la NBA entre los Miami Heat y los San Antonio Spurs. En ese vídeo el análisis muestra la probabilidad de encestar para cada uno de los jugadores, en cada posición, a cada instante. También se ve la calidad de tiro, una vez alguien decide lanzar, y la probabilidad de capturar el rebote, analizando las zonas de influencia y estadísticas de cada jugador. Ver la jugada de nuevo produce el placer de resolver una ecuación de forma elegante, pues todo encaja. La analítica avanzada tiene esa magia: transforma el mundo real en números que se comportan según dictan las ecuaciones. Todo un espectáculo, visto de una peculiar manera.