Los Juegos Olímpicos son una gran ocasión para presentar avances tecnológicos: nuevos formatos de retransmisiones televisivas, medios de transporte sostenibles o llamativos espectáculos en vivo. Pensando ya en Tokio 2020, la Federación Japonesa de Esgrima ha dado a conocer algunos innovaciones que están planteando para sus disciplinas.
La primera de ellas es un nuevo formato de visualización absolutamente espectacular que hace que los combates parezcan auténticas “batallas de Jedis” por su luz y color. Las trayectorias de los floretes, sables y espadas aparecen resaltadas en vivos colores, dejando un rastro que permite seguirlas sin problema, un poco como se hace en deportes de alta velocidad como el hockey sobre hielo con sus veloces pucks. Se diría que los esgrimistas estén dibujando en el aire.
Además de esto cada vez que se produce un tocado hay efectos especiales adicionales, como si fueran “explosiones”. Más llamativo imposible. Todo esto se logra mediante cámaras de alta definición y un sistema de seguimiento o tracking visual que no requiere “marcas” específicas en los trajes. A partir de ahí se redibujan los puntos y líneas correspondientes a las armas y a los esgrimistas.
En cuanto a los datos biométricos, habrá distintos dispositivos para medir, por ejemplo, hacia dónde están mirando exactamente los ojos de los esgrimistas, la fuerza de sus pisadas y su ritmo cardíaco. Esto dibuja unos gráficos estadísticos muy completos con los que analizar lo que sucede con sus cuerpos.
Para mejorar las retransmisiones deportivas está previsto emitir imágenes desde varios ángulos en la misma imagen de televisión, incluyendo planos completos del terreno. Y para quienes estén viendo en directo las pruebas habrá leds multicolores instalados en las paredes y techos para ambientar las salas, de modo que cuando uno de los tiradores consiga un tocado, además de oírse el clásico zumbido, su color rodee la sala al instante.
Muchas de estas tecnologías sólo son posibles mediante el uso de la última tecnología: sensores de gran precisión, cámaras de alta velocidad y algoritmos de inteligencia artificial capaces de realizar cálculos sobre las imágenes en tiempo real. De hecho, debido a la velocidad de este deporte, esto requiere a veces más de los 30 fotogramas por segundo convencionales. Son tecnologías que quizá puedan exportarse a otros deportes a los que quepa añadir un toque extra de espectacularidad.