Cuando se trata de hablar de Inteligencia Artificial, aparte de relatos de ficción como el de Steven Spielberg u otros devaneos de la ciencia ficción como el “Yo, Robot” de Isaac Asimov, sale a la luz un elemento de la cultura popular reciente como DeepBlue, aquella máquina que jugaba al ajedrez y logró batir al propio Garri Kasparov, número uno del juego de tablero por antonomasia desde 1985 hasta su retirada en 2005.
DeepBlue hoy es un hito histórico en la joven vida de esta tecnología que, en otoño de este año, ha visto nacer y crecer a la nueva bestia de la Inteligencia Artificial: se trata de AlphaGo Zero, un software que se ha enseñado a sí mismo a jugar al ajedrez (y a otros juegos) y ha batido a sus predecesores.
¿Aprender las reglas de un juego y batir al mejor en 4 horas?
DeepMind, una empresa dedicada a la inteligencia artificial de Alphabet (el conglomerado de empresas de Google). De ella os hablamos en un post sobre reinforcement learning, que tiene mucho que ver con el tema de hoy, y precisamente sobre AlphaGo, uno de los predecesores de AlphaGo Zero. Bien, el primero aprendió a jugar a Go (un juego de tablero chino), con la diferencia de no ser un software que calcula cada vez las millones de jugadas y elige la mejor, sino que con cada partida iba aprendiendo y se hacía mejor.
Una de las anécdotas más divertidas (o inquietantes) sobre esta inteligencia artificial, es que en solo cuatro horas ya aprendió a jugar al ajedrez y a competir con máquinas programadas para ser imbatibles en este juego. En Science 2.0, Tomasso Dorigo comenta cómo los ordenadores programados para jugar al ajedrez son más rígidos pues potencian ciertas jugadas establecidas. AlphaGo Zero, después de 100 partidas imbatido (25 victorias y 75 partidas en tablas), sacó a relucir su red neural y su algoritmo de búsqueda, que le aportan una forma más natural de jugar, improvisando e incluso sacrificando piezas para futuras jugadas. Que por cierto, eran comportamientos nunca antes vistos.
Aprendizaje por sí mismo, el reto final de la IA, más cerca
Demis Hassabis, CEO y fundador de DeepMind, declaró en una conferencia que AlphaGo Zero no juega como lo haría un humano, pero tampoco juega como lo haría un programa. El MIT Technology Review ha definido el comportamiento de esta inteligencia artificial como alienígena (“alien” en inglés, que también significa extraño o extraterrestre).
AlphaGo Zero sigue aprendiendo y nos encontramos en una fase temprana para determinar hasta dónde podrá llegar esta inteligencia artificial. La magia de este proyecto radica en la posibilidad de este software de aprender de la experiencia y no de los inputs que pueda darle un equipo de investigadores humanos. Por ahora puede que ya haya desmontado ciertas convenciones sobre el ajedrez que los humanos, sin la misma capacidad de cálculo, no hemos sabido apreciar.
