Mientras el mundo de la automoción se centra en el desarrollo de coches que conducen solos, existe otro nicho muy importante en el que la ausencia de conductor puede resultar muy beneficiosa en cuanto a ahorro de costes, reducción de la contaminación y eficiencia global: el transporte de mercancías por carretera. Los grandes camiones de mercancías recorren miles de kilómetros mensuales por autovía en todo el mundo, y esos trayectos son muy susceptibles de ser automatizados para multiplicar los beneficios. A eso se dedica Otto, una startup fundada por antiguos ingenieros de Google.
Pensemos dos cosas: primero que la experiencia de Otto se refiere a los EE.UU. y que las carreteras europeas son algo diferentes a las estadounidenses; segundo, que la principal misión de Otto es proporcionar las herramientas necesarias para garantizar la conducción autónoma de un trailer por una highway americana, el equivalente a nuestras autopistas. Lo que sucede de la autopista al destino final no se automatiza, así que el conductor humano sigue en la cabina… eso sí, descansando hasta que le llega el turno de trabajar (¿por qué no?).
Esta startup pretende darle la vuelta al desarrollo actual: en lugar de crear nuevas cabinas tractoras con la tecnología para volverse autónomas, lo que hace es enfocarse en los camiones que ya están sobre las carreteras, los enormes monstruos de más de 4 toneladas de peso, y para eso ha adaptado tres cabinas Volvo “usadas”, equipándolas con lidar, radar y cámaras de vídeo. el avance de sus desarrollos es tal que hasta han rodado unas cuantas millas en modo autónomo… sin siquiera llevar un conductor “de seguridad” en las carreteras de Nevada. Eso son palabras mayores.
El plan es vender kits para conducción autónoma por una “fracción” del precio de un camión nuevo (hablamos solo de la cabeza tractora), algo que sin duda puede ser interesante para flotas de transporte desde medio tamaño hasta las grandes firmas. Pero antes de poder revolucionar el mercado del transporte, existen una serie de impedimentos muy importantes que resolver, como el tema legal: la legislación actual sobre transporte de mercancías incluye “humanos”, que deben descansar; por contra, un vehículo autónomo no necesita descansar jamás.
En palabras de Lior Ron, cofundador de Otto:
Debido a las regulaciones federales, en la actualidad un camión sólo puede conducir 11 horas al día con un solo conductor. Después de 10 horas, la tasa de accidentes crece de forma exponencial. Si podemos hacer que se conduzca con seguridad 24/7, es decir, más del doble de su capacidad y utilización habitual, tenemos un argumento financiero muy fuerte.
En España sucede algo similar, y las leyes que regulan el transporte por carretera son muy estrictas, desde los tiempos de conducción hasta el descanso diario, semanal y bisemanal (detallados en esta página del Ministerio de Fomento: Conducción | Descanso). Disponer de un vehículo que resuelva por sí mismo los desplazamientos por autovía entre grandes ciudades supondría un paso de gigante en el desarrollo del transporte de mercancías por carretera. De momento, Otto tiene claro que la limitación es evidente:
Sólo hay 222.000 millas de carretera en los EE.UU., el 5% del total de carreteras del país. Son más fáciles de mapear y es un problema mucho más fácil de resolver que el de todas esas calles y ciudades, y las carreteras secundarias. No hay peatones o semáforos, pero se conduce a altas velocidades y necesitas ver más lejos.
