Al igual que nunca pensamos en la vista hasta que falla y necesitamos ir a la consulta del oftalmólogo, algo parecido pasa con las escobillas del limpiaparabrisas: solo cuando faltan o se estropean nos damos cuenta de lo importantes que son para conducir con seguridad. Hasta el punto de que resultan imprescindibles cuando llueve, nieva o graniza o necesitas limpiar el cristal para tener visibilidad al volante.
Así que, dada su importancia, lo mejor es prevenir que se deterioren, especialmente en invierno cuando se forma hielo en el parabrisas con las heladas y este frío afecta a la goma de las escobillas que está en contacto con el cristal. Además, si este recubrimiento se estropea, se corre el peligro de rayar el parabrisas. Para mantener en buen estado las escobillas, se deben revisar al menos cada 6 meses para comprobar cómo están y si es hora de reemplazarlas.
En esa revisión, aprovecha para limpiar las escobillas (con un papel o paño mojado o una toallita) y quitarles la suciedad que puedan haber acumulado y así estarán en buenas condiciones para cuando necesites usarlas. Así, comprueba si la goma presenta grietas, rugosidades u otras irregularidades que afectarán a su correcto funcionamiento. Asegúrate, también, de que queden limpias cuando laves el coche, tanto en una máquina de autolavado como a mano.
Además de limpiarlas, algunas pautas te ayudarán a protegerlas y que funcionen perfectamente cuando los necesites y, también, que no dañen el cristal con el roce. Entre ellas, si es posible, evita utilizar los limpiaparabrisas cuando el parabrisas esté con barro o una suciedad. Porque si los accionas y no dispones de suficiente agua, no solo no tendrás visibilidad, sino que, además, corres el riesgo de estropear la superficie del cristal.
Otra medida que previene el deterioro de los limpiaparabrisas es guardar el vehículo en un garaje, un lugar donde está a salvo de las inclemencias meteorológicas, desde la calima hasta la exposición continuada al sol, y de las partículas del ambiente. Esto protege la goma de la degradación y ayuda a prolongar la vida útil de este accesorio.
Señales de que debes reemplazar las escobillas del limpiaparabrisas
No obstante, conviene estar atentos a las situaciones que puede indicar que están en mal estado. ¿Cuándo se deben cambiar las escobillas del limpiaparabrisas? Si bien algunos coches avisan cuándo es necesario reemplazarlas, si no es tu caso, existen algunas señales de que conviene sustituirlas:
- Si compruebas que el cristal está rayado por el uso de los limpiaparabrisas.
- Si notas que cada vez que los activas suena un ruido chirriante que no es normal.
- Si constatas que las gomas se han desgastado (pasando algún dedo de la mano por encima).
- Si, cuando están en uso, se dejan partes del cristal sin despejar por un mal contacto con la superficie.
- Si, pese a que está en contacto con el vidrio, cuando limpian dejan un rastro y no aportan una visibilidad perfecta, como sí pasa cuando están en perfecto estado de mantenimiento.
- Cómo cambiar las escobillas del limpiaparabrisas
Cuando ya no queda más remedio que comprar otras escobillas, te la pueden cambiar en el sitio que las compres o en tu taller, pero también tú mismo porque es un procedimiento sumamente sencillo. Una vez compradas (las oficiales del fabricante del coche o, también, tienes la opción de unas universales), resulta muy fácil sustituir las nuevas por las viejas, siguiendo estos pasos:
- Levanta el brazo articulado (al que va acoplado la escobilla) del parabrisas.
- Extrae la escobilla pulsando un botón o el anclaje por el cual están sujetas al brazo (dependiendo del sistema integrado en tu coche).
- Acopla la nueva escobilla hasta que oigas un clic. Comprueba que no se desprende tirando de ella con cierta fuerza.
- Coloca el brazo de nuevo en su posición normal. Y repite el mismo procedimiento si quieres reemplazar ambas escobillas del limpiaparabrisas.
Recuerda que si necesitas limpiar el parabrisas con el sistema de agua integrado, debes comprobar si el depósito del líquido del limpiaparabrisas está lleno.
