El verano pasado un vehículo construido por una empresa surgida de la iniciativa de estudiantes de la Universidad de Duke batió el Récord Guinness de vehículos más eficientes en cuanto al consumo de combustible estableciendo la marca en 0,01614 litros a los 100 km. Esta forma en la que solemos medir en Europa el consumo significa que con el equivalente a 1 litro de gasolina el vehículo en cuestión, llamado Maxwell, podría recorrer teóricamente ni más ni menos 6.196 kilómetros.
Pero, ¡ojo!, como no podía ser de otra forma, todo en este mundillo de los récords tiene sus matices, aunque el hecho de que tenga el título oficial del prestigioso Récord Guinness suponga ya toda una garantía. Así que veamos cómo se consiguió esta altísima eficiencia energética en cuanto a consumo de combustible y cómo hay que entenderla. Porque todavía queda mucho para poder subirse a un coche con una botella de un litro de gasolina y viajar de París a Moscú, ida y vuelta, como si tal cosa.
Para empezar, el vehículo en cuestión es un prototipo diseñado específicamente para batir récords. Esto quiere decir que cumple a rajatabla con las “reglas del récord”, que básicamente son las definidas para la Eco Maratón de Shell, una competición donde diversos modelos compiten en diferentes categorías de eficiencia energética. La Eco Maratón plantea encontrar el vehículo que pueda viajar más lejos con un litro de combustible. Y a diferencia de otras categorías como la Urban Concept (coches urbanos “normales y corrientes”), la categoría de prototipos es un poco “todo vale” y se admiten vehículos de gasolina, eléctricos, de gas o de pila de hidrógeno –cualquiera es válido mientras el vehículo pueda transportar una persona.
En el caso de la competición, los jueces, como expertos en consumo energético, miden la distancia recorrida, el tiempo empleado y se aseguran que el vehículo haya mantenido una velocidad media de 15 millas por hora (unos 24 km/h) a lo largo de 10 kilómetros (unas 6 millas, puede variar un poco debido al recorrido que suele ser de unas 10 vueltas). Entonces comprueban el consumo realizado, realizan todas las conversiones necesarias y extraen el dato final: el equivalente en “millas por kilowatio-hora”, que puede a su vez pasarse a otras unidades como los populares “litros a los 100” o los “kilómetros por litro” (o millas por galón, MPG), puesto que todos ellos son intercambiables.
Los prototipos que buscan batir los récords de eficiencia se diseñan para tener un coeficiente de resistencia aerodinámica por debajo de 0,1 (un automóvil utilitario suele tenerlo de 0,3); una resistencia a la rodadura por debajo de 0,0015 (la de los neumáticos convencionales sobre asfalto suele ser de 0,03) y un peso sin conductor por debajo de 45 kg (un utilitario suelen ser varios cientos). El Maxwell pesa 26 kg con todos los requerimientos técnicos y de seguridad, pero hasta la piloto que batió el récord estaba “optimizada”: Anna Li, bióloga molecular de la universidad, tiene una constitución menuda y por las fotos apenas medirá 1,50 metros y pesará alrededor de 40 kg. Como sucede con los jockeys de carreras de caballos, todo ayuda para aligerar de cara a romper una marca.
El Maxwell está diseñado para proporcionar impulso sólo cuando necesita subir pendientes o acelerar, mediante unos supercondensadores. De cara al récord la pila de combustible se fabricó mediante un nuevo diseño mucho más ligero. Una vez alcanzada la velocidad óptima –determinada por un ordenador gracias a diversos algoritmos– el vehículo deja de consumir para pasar a rodar con la menor resistencia posible. El motor eléctrico Koford que lleva el Maxwell es de 75W y se ha calculado que la eficiencia de la pila de hidrógeno es del 58% y la de la transmisión del motor a las ruedas del 87%. Llevar todo tan al límite supuso que los sistemas de control y la piloto tenían un menor margen de error durante el recorrido.
El resultado fue que el día 21 de julio de 2018, en presencia de los jueces Guinness, el Maxwell recorrió unos 13,5 km en el circuito Galot Motorsports en Benson, Carolina del Norte, cumpliendo con la velocidad media obligatoria para el récord (24 km/h), utilizando menos de un gramo de hidrógeno puro, con un consumo equivalente a 0,01614 litros de gasolina sin plomo 95 cada 100 km. Y aunque no se pueda ir de París a Moscú con él, es toda una muestra a dónde puede llegar la ingeniería de la eficiencia en el transporte en el futuro.