En numerosas ocasiones, tendemos a echarle la culpa a la herramienta, sin pensar que quizá es el que la maneja quién le está dando un mal uso. Restricciones en el tráfico rodado, límites de velocidad impuestos, limitaciones de acceso a vehículos especiales… ¿Pero y si fuéramos al origen de los problemas del exceso de tráfico?
En el barrio de Vauban en Friburgo, ciudad de más de 200.000 habitantes del sur de Alemania, no les ha hecho falta nada para mejorar su estilo de vida. Simplemente, una planificación urbanística fantástica les ha convertido en un modelo a seguir, apenas hace falta contar con un coche si vives ahí. ¿Podríamos aprender de ellos para el diseño de las ciudades del futuro?
Vauban, el vecindario sostenible del futuro
Cuenta la periodista Adele Peters que en las calles empedradas de Vauban, la gente camina por el centro de las calles debido a la escasa presencia de coches. Estos no tienen la prioridad en las calles de este barrio en el que no hay plazas de aparcamiento. Es uno de los ejes de su planificación urbanística con el peatón y el ciclista en el centro de su estrategia.
Tal y como nos tienen acostumbrados los países del norte de Europa, el proyecto de Vauban es fruto de un desarrollo urbano diferente, que vio la luz hace más de 20 años, a finales de los 90. Fue creado con un objetivo de sostenibilidad, con decisiones cooperativas y con el fin de convertirse en un modelo eco-friendly de convivencia.
Hoy se ha convertido en un objeto de deseo y la demanda de vivienda supera la oferta disponible. Como comenta un ciudadano de Vauban: no hace falta contar con un coche, puedes ir caminando a las tiendas, restaurantes, oficinas y colegios del vecindario. Además, para aquellos que tienen que ir a trabajar al centro de la ciudad, solo tienen que recurrir al tren o al autobús para llegar en 15-20 minutos a su destino.
Menos tráfico y más bienestar
El planteamiento del barrio de Vauban gira en torno a la falta de tráfico rodado y lo que esto supone para el bienestar de quienes viven ahí. Además, todas las medidas tomadas han ido dirigidas a generar este barrio eco-friendly: la mejor para eliminar el tráfico fue la de retirar las plazas de aparcamiento. La facilidad para transitar por sus calles, la adopción de la bicicleta y, sobre todo, la posibilidad de contar con un efectivo transporte público, hicieron el resto.
Sin embargo, no solo destaca el modo de vida saludable de los ciudadanos de Friburgo por sus limitaciones para el tráfico de coches y el desarrollo urbano sostenible. Una normativa favorable ha ayudado a la proliferación de los paneles solares que ayudan al suministro renovable. El barrio de Vauban está pensando para ser sostenible. Desde la eficiencia de las casas a nivel energético, al reciclaje de los desechos orgánicos de las casas para producir biogás, todo en este pequeño rincón de Europa está diseñado para ser más limpio, respetuoso con el medio ambiente y agradable para el ciudadano.